
ABIERTA - ANUARIO DE INVESTIGACIÓN N° 18 · AÑO 2024 · ISSN (en línea) 3106-0234
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Norjhira Romero Pérez
Inteligencia artificial para un diseño sentipensante y una comunicación emancipadora aumentada en América Latina
(2023) y Cadavid (2024) —junto con revisiones
contemporáneas— insisten en la participación,
la construcción de lenguajes propios y la
agencia de las comunidades como condiciones
para transformar realidades. Estas corrientes
convergen en un punto: no hay cambio social
sostenible sin sujetos que comunican, deliberan
y diseñan en primera persona.
Este artículo parte de esa convergencia y
propone articularla con la IA a través de dos
nociones orientadoras: diseño sentipensante (un
diseño que integra razón y afecto, experiencia
situada y crítica) y comunicación emancipadora
aumentada (una comunicación que aprovecha
capacidades de IA para ampliar voces, lenguajes
y procesos participativos, sin sustituirlos). Se
asume que los modelos y sistemas de IA pueden
potenciar procesos de codiseño y organización
comunicacional —por ejemplo, al facilitar síntesis
de información, accesibilidad multilingüe o
prototipado— si y solo si se gobiernan con
criterios de territorialidad, participación y
justicia de datos; de lo contrario, terminan
reproduciendo asimetrías que la región ya
conoce.
En coherencia con la colonialidad del poder
(Quijano, 2000) y la matriz colonial de poder
(Mignolo, 2007), entendemos que los datos,
los modelos y las infraestructuras de IA operan
dentro de regímenes históricos de dominación
que atraviesan lenguajes, territorios y cuerpos.
Por ello, situamos la innovación más allá del
tecnicismo, atendiendo a asimetrías y a la
necesidad de desenganche y apropiaciones
locales.
En este sentido, el objetivo de este artículo
es analizar cómo la integración de la IA
puede habilitar un diseño sentipensante y
una comunicación emancipadora aumentada
orientados al cambio social en América
Latina, identicando condiciones, límites y
oportunidades para su apropiación situada, ética
y participativa (con especial atención a brechas
I. Introducción
América Latina enfrenta una paradoja
persistente: a mayor velocidad de innovación
tecnológica, no necesariamente mayor
transformación social. La región sostiene brechas
estructurales —de ingresos, protección social,
género y acceso digital— que condicionan el
alcance de cualquier promesa tecnológica.
Informes recientes de la CEPAL muestran que,
aun con la expansión de infraestructuras y
servicios, las desigualdades persisten y el riesgo
de ampliación de la brecha digital interna es
alto; además, los sistemas de protección social
aún son insucientes para los hogares más
vulnerables. Estas tendencias nos obligan a mirar
el progreso con lupa: ¿a quién benecia, quién
queda fuera y cómo lo corregimos en la práctica?
La literatura crítica sobre tecnología advierte,
además, que la IA puede reforzar esquemas
de extracción de datos y reproducción de
desigualdades si se inserta sin mediaciones
éticas y políticas. El marco del colonialismo de
datos (Couldry y Mejías, 2019) devela cómo
la captura ubicua de datos prolonga lógicas
extractivistas sobre cuerpos, territorios y culturas;
Noble (2018) y Benjamin (2019) demuestran que
los algoritmos, lejos de ser neutrales, pueden
amplicar sesgos y jerarquías preexistentes. En
suma, la IA no emancipa por sí sola: depende
de cómo la usamos, con quién decidimos y para
qué la ponemos a trabajar.
Frente a ello, dos tradiciones ofrecen un anclaje
fértil para una innovación con sentido público: el
diseño para el cambio social y la comunicación
para el cambio social. Desde el diseño, Brown
y Wyatt (2010) plantean la centralidad de
la empatía, la cocreación y la iteración para
generar soluciones deseables, factibles y viables
en contextos complejos; Ávalos (2019), por
su parte, sistematiza antecedentes y posturas
del diseño social en clave latinoamericana,
remarcando su orientación al bienestar común
y la participación. Desde la comunicación, los
trabajos de Kaplún (2002), Beltrán (2014), Mata