INVESTIGACIÓN
“PÓRTENSE BIEN. ES POR SU BIEN”.
ANÁLISIS DISCURSIVO DIGITAL PRESIDENCIAL
DURANTE LA COVID-19 EN EL SALVADOR
Por Omar Luna, Ignacio López y Diego Manzano
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
Abierta · Edición 14 · 2020 · Por Omar Luna, Ignacio López y Diego Manzano
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“PÓRTENSE BIEN. ES POR SU BIEN”.
ANÁLISIS DISCURSIVO DIGITAL PRESIDENCIAL DURANTE LA COVID-19
EN EL SALVADOR
1 Omar Luna es máster en Big Data y Business Analytics por la
Universidad Internacional Isabel I de Castilla y licenciado en
Comunicación Social de la Universidad Centroamericana José
Simeón Cañas (UCA). Actualmente, se desempeña como creador
de experiencias en datos y comunicación e imparte las cátedras
de Sociología de la Comunicación para la Licenciatura en
Comunicaciones Integradas de Marketing (CIM) y Big Data para
la Licenciatura en Comunicación y Estrategia Digital (CED), de la
Escuela de Comunicación Mónica Herrera (ECMH).
Ignacio López es licenciado en Economía de la UCA con experiencia
en análisis estadístico y sistematización de datos.
Diego Manzano es licenciado en Comunicación Social de la UCA y
analista de datos y redes sociales.
Resumen
La crisis iniciada por la COVID-19 ha venido a
recongurar el panorama mundial, sus posibilidades y
condiciones de continuidad. En esta sociedad de riesgo,
en la que todo lo que se conocía no se puede dar
por sentado, se vuelve necesario reexionar sobre los
diferentes elementos que contribuyen a la construcción
y consolidación de un marco de referencia que permita
entender el ejercicio de una comunicación política,
basado en discursos, acciones y decisiones clave, que
contribuyan a brindar certezas a la población dentro y
fuera de las redes sociales. Así, el presente artículo busca
identicar cuáles son los elementos representativos del
discurso digital presidencial de Nayib Bukele en torno
a la COVID-19 durante los primeros tres meses de la
emergencia (marzo, abril y mayo de 2020), en la red
social Twitter. Con base en una metodología mixta, que
apuesta por la triangulación de fuentes bibliográcas,
así como la recolección, análisis y visualización de
AUTORES: Por Omar Luna, Ignacio López y
Diego Manzano1
oramirez@monicaherrera.edu.sv
Fecha de recepción: 07/09/20
Fecha de aprobación: 03/12/20
datos, el análisis permite determinar cuál es la narrativa
que el presidente Bukele construyó alrededor de
la COVID-19, así como las acciones, los mensajes y
comunicaciones más representativos que incidieron en
la población salvadoreña durante el período de estudio
seleccionado.
Palabras clave: comunicación política, presidente,
Nayib Bukele, Twitter, COVID-19.
Abstract
The crisis started by COVID-19 has come to
recongure the world picture, its possibilities and
conditions of continuity. In this risk society, in which
everything that is known cannot be taken for granted,
it becomes necessary to reect on the different
elements that contribute to the construction and
consolidation of a frame of reference that allows to
understand the exercise of political communication,
based on key speeches, actions and decisions that
contribute to providing certainty to the population
inside and outside of social media. Thats why this
article seeks to identify which are the representative
elements of Nayib Bukele’s presidential digital speech
regarding COVID-19 during the rst three months
of the emergency (March, April and May 2020),
on the social network Twitter. Based on a mixed
methodology, which was based on the triangulation
of bibliographic sources, as well as collection,
analysis and visualization of data, this analysis allows
to determine which is the narrative that president
Bukele built around COVID-19, as well as the most
representative actions, messages and communications
that affected the Salvadoran population during the
selected study period.
Keywords:Political communication, president, Nayib
Bukele, Twitter, COVID-19
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57“Pórtense bien. Es por su bien”. Análisis discursivo digital presidencial durante la COVID-19 en El Salvador
I. Introducción
Twitter ha venido a trastocar las formas bajo las cuales
entendemos las interacciones sociales, dentro y fuera
de ellas. Desde una perspectiva integrada, fortalece
los lazos de comunicación, comunidad y cooperación,
pues pone en marcha una esfera pública digital
que mejora la puesta en común de conocimientos
ciudadanos, acude al encuentro e incorporación
entre sus miembros y los anima a hacer cosas juntos
(Mancera y Pano, citados en Navarro, 2016).
Sin embargo, desde una arista apocalíptica, constituye
un reto para los prosumidores de información. La
erosión de la retención de la atención, la socialización
del Fear of Missing Out (FOMO)2, el miedo al disenso y
la cultura de la cancelación merman la capacidad de
Twitter para convertirse en un medio de interacción
que permita informar sobre largos períodos de
tiempo acerca de cuestiones que requieren cierta
reexión para quienes interactúan con la diversidad
de contenidos que transitan en dicha red social
(Bianco, citado en Navarro, 2016).
Con estas perspectivas en la mesa, los políticos han
sabido adaptarse a los tiempos y han aprovechado
las posibilidades que ofrece Twitter para convertirse
en un marco de referencia que incide tanto en la
comunicación política como en la comunicación
en general. Si bien se usaba inicialmente como un
complemento de los esfuerzos tradicionales para
llegar a los ciudadanos –tal como se contempla en
estudios de la campaña “Sí, podemos”, de Barack
Obama, de 2008–, ahora se convierte en una
herramienta de construcción de realidades. Esto se
sustenta en elementos performativos discursivos,
basados en juegos de la percepción que permiten
moldear conciencias, pensamientos y, por qué no,
apostar por la generación de mensajes que brinden
una sensación de credibilidad y conanza en el marco
de una democracia del sentimiento.
Así, no resulta nada extraño el meteórico acenso
y la fascinación que despierta Nayib Bukele en el
imaginario de las guras, lógicas y dinámicas de la
política salvadoreña. Si bien tuvo que valerse de
mecanismos mediáticos tradicionales al empezar
a posicionar la Bukelemanía en el imaginario de
la población salvadoreña al asumir como alcalde
electo de Nuevo Cuscatlán, La Libertad, en 2012, su
consolidación como presidente electo de la república
de El Salvador demostró el poder que ofrecen las
redes sociales como un marco de referencia para
construir agenda, de tal forma que se pueden sentar
posturas, reforzar opiniones y armaciones en torno a
un determinado fenómeno que trastoca lo que ocurre
dentro y fuera de redes sociales.
Pese a eso, el camino no fue nada fácil. En la gura
de Nayib Bukele encontramos un viaje del héroe,
entendido por Decálogos Literarios (2015) como un
proceso en el cual “un héroe abandona su entorno
cómodo y cotidiano para embarcarse en una empresa
que habrá de conducirlo a través de un mundo
extraño y plagado de desafíos […] Son estos periplos
emocionales los que atrapan al público y consiguen
que una historia merezca ser apreciada”.
Los desafíos fueron constantes y sonantes.
Pero todos tenían un frente, la construcción de
imaginarios alrededor de las estructuras tradicionales
(#losmismosdesiempre): desde su afrenta a un alcalde
del partido Alianza Republicana Nacionalista (Arena)
con varios años al frente de la alcaldía de Nuevo
Cuscatlán en 20123 hasta sus horas más oscuras con
La Prensa Gráca4, el tarimazo afuera de la Fiscalía
General de la República (FGR)5 y sus diferencias con
2 Expresión inglesa utilizada para denominar la ansiedad
que genera el hecho de que un evento emocionante o
interesante pueda estar sucediendo en otro lugar; a menudo,
las publicaciones vistas en redes sociales generan este tipo de
situaciones.
3 Bukele. N. [Nayib Bukele]. (28 de enero de 2012). Debate entre
Nayib Bukele y el actual alcalde de Nuevo Cuscatlán, Álvaro
Rodríguez [archivo de video]. Recuperado de https://www.
youtube.com/watch?v=3vWaOmjADZ0.
4 Cáceres. G. (2017, noviembre 20). FGR reitera que contacto
Nayib Bukele ordenó ciberataque a LPG. Laprensagraca.com.
Recuperado de https://www.laprensagraca.com/elsalvador/
FGR-reitera-que-contacto-Nayib-Bukele-ordeno-ciberataque-a-
LPG-20171120-0043.html.
5 La Prensa Gráca. (2016, febrero 17). Nayib Bukele: Si fui yo,
aunque no lo he hecho, a quién le importa (sobre ciberfraude).
Recuperado de https://www.laprensagraca.com/elsalvador/
Nayib-Bukele-Si-fui-yo-aunque-no-lo-he-hecho-a-quien-le-importa-
sobre-ciberfraude-20160217-0084.html
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el partido que lo puso en el foco de los reectores de
la dinámica política del país, el Frente Farabundo Martí
para la Liberación Nacional (FMLN) mientras estuvo al
frente de la alcaldía de San Salvador (2015-2018), lo cual
desembocó en su expulsión de dicho instituto político,
declarándose independiente mediante un tuit6.
Con estos elementos en la mesa, Bukele se encar
de construir una narrativa prospectiva que lo catapultó
a la cresta de la ola del ejercicio político nacional, la
presidencia de la república7, bajo la bandera de la
Gran Alianza por la Unidad Nacional (Gana), donde la
coyuntura jugó a su favor: una reconguración de un
escenario geopolítico a favor del antiestablishment,
una agonística de la democracia, producto de los
enfrentamientos y desgastes entre adversarios
políticos, así como el arte de manejar vínculos sociales
en redes sociales, que robustecería una relación
estratégica entre representantes y representados
mediante guras, lógicas e imaginarios que supusieran
romper con las viejas formas de gobernanza.
Así, ya no se importaba qué se dijera ni cómo se hiciera,
sino cómo se sintieran las personas. Sobre esa base,
la comunicación gubernamental de la administración
Bukele en la red social Twitter adquirió matices propios
del posmodernismo, donde la credibilidad de sus
discursos y acciones pasaría por el tamiz argumentativo
de “lo vi en Twitter, debe ser verdad”. Lo anterior
encuentra sustento en acciones como #seleordena8, en
la que se exigen despidos y se construyen puentes vía
Twitter9, así como el surgimiento de la gura del ministro
24/7, cuyas potestades constitucionales se desdibujan
para convertirse en súbdito de la dinámica de la nueva
corte medieval digital que representa dicha red social.
Sin embargo, este nuevo estilo de gobernanza se
vería trastocado por la perniciosa, pero imperante
presencia de la COVID-19 a escala mundial. Si bien
ningún Estado se encontraba preparado para hacerle
frente a este nuevo escenario de riesgo producto
de la pandemia, El Salvador se convirtió en un caso
interesante desde el punto de vista de la comunicación
política y la administración pública.
El primer caso ocialmente detectado se dio el 18
de marzo en la ciudad de Metapán, Santa Ana. El
presidente Nayib Bukele lo anunció en una cadena
nacional, en la que también dijo se establecería
un cordón sanitario por 48 horas en el municipio
(Lab-Dat, 2020). Previo a eso, a través del Decreto
Legislativo número 593, el 14 de marzo de 2020 se
había declarado emergencia en todo el territorio
nacional y el 17 de marzo de 2020, suspendido todo
tipo de vuelo que no fuera humanitario o de carga en
el Aeropuerto Internacional de El Salvador San Óscar
Arnulfo Romero y Galdámez (AIES).
Entre marzo y mayo de 2020, el manejo de la crisis
COVID-19 por parte del Ejecutivo estuvo caracterizada
en un principio por la toma de decisiones drásticas y
contundentes que tuvieron amplio respaldo popular y
fueron reconocidos por sectores técnicos nacionales
como el Colegio Médico. Luego, hubo algunas
advertencias y llamados de atención nacionales e
internacionales por muestras de uso excesivo de
la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad del
Estado ante ciudadanos que eran llevados a centros
de contención. De hecho, el presidente Bukele dio
su respaldo a los policías y militares agradeciendo su
labor en numerosas ocasiones, robusteciendo así una
narrativa que giró alrededor de la “nación de héroes”.
Pese a eso, existieron cuestionamientos hacia el
criterio médico con el cual se manejaban los centros
de contención y a la población retenida en ellos, lo
cual era minimizado y difuminado en redes sociales.
En la etapa nal, la gestión estuvo marcada, por
un lado, por el abierto conicto con los otros dos
6 Arauz, S. (2017, octubre 11). FMLN expulsa a Nayib Bukele y este
se declara ‘independiente’ en un tuit. Elfaro.net. Recuperado de
https://elfaro.net/es/201710/el_salvador/21010/FMLN-expulsa-a-
Nayib-Bukele-y-este-se-declara-.
7 Bukele, N. [nayibbukele]. (15 de octubre de 2017). La decisión.
[Video de Facebook]. Facebook. https://www.facebook.com/
watch/?v=1460613727358147.
8 Forbes Centroamérica (2019, junio 7). El presidente salvadoreño,
Nayib Bukele, despide funcionarios por Twitter. Forbes.com.
mx. Recuperado de https://www.forbes.com.mx/el-presidente-
salvadoreno-nayib-bukele-despide-funcionarios-por-twitter/.
9 Guzmán, V. (2019, octubre 4). El puente construido en Twitter
todavía no existe en Torola. Elfaro.net. Recuperado de https://elfaro.
net/es/201910/el_salvador/23702/El-puente-construido-en-Twitter-
todav%C3%ADa-no-existe-en-Torola.htm.
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59“Pórtense bien. Es por su bien”. Análisis discursivo digital presidencial durante la COVID-19 en El Salvador
10 En junio de 2020, una nota del periódico digital El Faro advertía
que solo con los datos de entierros con protocolo COVID-19 de
tres municipalidades se duplicaba la cantidad ocial de personas
fallecidas que daba el Ministerio de Salud de El Salvador (Rauda,
2020). También, autoridades del Colegio Médico de El Salvador
advertían que la conabilidad de los datos se convertía en una
dicultad en el marco de la COVID-19 en el país (Machuca, 2020).
poderes del Estado, los enfrentamientos directos
con sectores técnicos, académicos y organizaciones
internacionales, y el funcionamiento de un sistema
de cuarentena obligatoria que, al menos a la luz de
los datos ociales10, mantuvo al país con los números
más bajos de personas contagiadas y fallecidas de
Centroamérica, por arriba nada más de Costa Rica
y Belice (Lab-Dat, 2020), exceptuando a Nicaragua,
que tiene una diferencia signicativa entre el reporte
ocial y los datos que reporta el Observatorio
Ciudadano COVID-19 (2020).
La población, como receptora de información, tiene
un poder importante en la creación y adaptación de
los mensajes que transmite el gobierno para con sus
ciudadanos. Los gobiernos en los sistemas democráticos
suelen representar o intentar representar los principales
sentimientos y aspiraciones populares. Es importante
mencionar que la percepción popular hacia la necesidad
de acciones gubernamentales duras y la tolerancia
hacia tipos de gobiernos autoritarios son bastante
altas, según la encuesta del Instituto Universitario de
Opinión Pública de la Universidad Centroamericana
José Simeón Cañas (IUDOP, 2020), en la cual alrededor
del 77% de las personas estaba de acuerdo o muy de
acuerdo con que las autoridades deben gobernar con
mano dura, así como un 49% estaba de acuerdo en
torno al planteamiento que, en algunas circunstancias,
un gobierno autoritario puede ser mejor que uno
democrático.
Con todas estas consideraciones sobre la mesa,
esta investigación apuesta por entender, desde una
metodología mixta, basada en la triangulación de
fuentes bibliográcas y en la recolección, análisis y
visualización de datos en Twitter, los elementos álgidos
del discurso digital del presidente de la república,
Nayib Bukele, acerca de la COVID-19 en dicha red
social para brindar certezas y entendimientos en
torno al lenguaje y tono de las publicaciones más
representativas elaboradas por el mandatario, y así
comprender los impactos de dichos mensajes dentro
y fuera de esta red social en variables de interés
(interacciones, situaciones coyunturales puntuales,
efectos colaterales en la dinámica de la agenda país,
entre otras).
Así, la comprensión de la articulación de sus mensajes
y acciones, prácticas y manifestaciones permite
poner en perspectiva cómo se consolida y exalta la
gura de un presidente en tiempos de emergencia,
producto de una pandemia, donde la vigencia y
perpetuidad de los modelos políticos, económicos y
sociales entran en una bifurcación tan pronunciada
y polarizada que pueden conducir a las sociedades
a estados autoritarios que restrinjan las libertades
individuales, que nieguen y supriman la disidencia;
o a la posibilidad de estados de bienestar, donde
la democracia apueste por una redistribución de
bienes y servicios, cuyo replanteamiento del modelo
económico apueste por el servicio del individuo.
II. Conceptos fundamentales: entre la negación y la
reacción ante la COVID-19
Para fundamentar la situación del fenómeno estudiado,
se llevó a cabo una investigación documental sobre
tres categorías de análisis: aspectos relevantes
de la comunicación política en los tiempos de la
COVID-19, variables internas y externas que inciden
en la consolidación de un manejo discursivo digital
presidencial en dicho contexto, así como el impacto
generado por dicho discurso en el entorno ecológico
digital y tradicional de una agenda país durante el
período de estudio seleccionado para el presente
documento.
Dicha triangulación de la temática se consideró la más
idónea en aras de consolidar una articulación teórico-
práctica de las causas, condiciones y estrategias de la
investigación de resultados, producto de un contraste
de visiones y enfoques con la nalidad de establecer
semejanzas y diferencias de la red social Twitter, los
entornos nacionales e internacionales y las diferentes
posturas tomadas en torno al discurso mediático digital
del presidente Nayib Bukele respecto al manejo de la
pandemia de la COVID-19 en El Salvador.
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2.1 ¿Cómo se entiende la comunicación política en
tiempos de la COVID-19?
Existen diferentes apreciaciones de la comunicación
política. María Canel (citada en Hernández, 2013, p.
37) la introduce formalmente como una “actividad
de determinadas personas o instituciones (políticos,
comunicadores, periodistas y ciudadanos) en la que
como resultado de la interacción se produce un
intercambio de mensajes con los que se articula la
toma de decisiones políticas, así como la aplicación
de estas en la comunidad”.
De esta forma, se trastocan elementos que serán
clave en la comunicación política en tiempos de la
COVID-19, pues se sustenta en el ejercicio del animal
político de Aristóteles (Dyango, 2010), así como las
apreciaciones posmodernistas de Michel Foucault
(citado en Mills, 2003) y Jurgen Habermas (1989) en
torno a la importancia de la utilización del lenguaje
como constructor de realidades, consolidando así
un saber-poder que pueda moldear conciencias,
pensamientos y, por qué no, ejercer inuencia en
la comunidad induciendo a sus protagonistas (sean
políticos, instituciones, medios o ciudadanos) a ejercer
un papel dinámico para generar mensajes que brinden
credibilidad a una determinada audiencia.
Sumado a eso, para José Luis Dader (citado en
Hernández, 2013, p. 37) conlleva “la producción, difusión
e intercambio de símbolos y representaciones cognitivas
acerca de la política, con la consiguiente generación
de percepciones y reacciones sobre esa política. Así, la
comunicación política se convierte en un reejo de los
presupuestos del interaccionismo simbólico (Blumer,
citado en Pons Díez, 2010). Exista o no una situación
de riesgo, se convierte en producto de sentido en un
contexto social interpretativo, en que el intercambio de
mensajes, símbolos e imaginarios se basan en el grado
de signicación que las cosas tienen para el ser humano,
así como la capacidad para manipular y modicar
signicados mediante un proceso interpretativo
desarrollado por la persona al enfrentarse con las cosas
que va encontrando a su paso.
Sobre esa base, las crisis, entendidas por José Luis
Piñuel (2010, p. 167) como “un cambio repentino
entre dos situaciones […] que ponen en peligro la
imagen y el equilibro natural de una organización”,
constituyen una verdadera prueba de fuego para los
liderazgos de cualquier índole. De una crisis se sale
bien o mal. No existen medias tintas en términos de
acciones y comunicaciones. Esto, al traducirlo en una
comunicación bidireccional con los actores clave,
trastoca elementos propios de las consideraciones de
Maya Angelou (s. f.): “La gente olvidará lo que dijiste,
olvidará lo que hiciste, pero nunca olvidará cómo los
hiciste sentir”.
En este contexto, para Dennis Wilcox, Glen Cameron
y Jordi Xifra (2007, p. 230) la comunicación política
en situaciones de riesgo se traduce como “cualquier
intercambio, verbal o por escrito, que intenta comunicar
información relativa a riesgos para la salud pública,
la seguridad y el medio ambiente”. Así, los riesgos
pueden ser: 1) reales, ya que existen pruebas objetivas
y contundentes sobre los mismos por más que las
autoridades deseen negar su existencia; o 2) virtuales,
pues representan miedos o temores de algo que no ha
sucedido o jamás ocurrirá.
Desde estas consideraciones, se vuelve esencial
retomar las características de la sociedad de riesgo
planteadas por Ulrick Beck (1998). Para este sociólogo,
los riesgos representan un daño global irreparable
(los accidentes no pueden compensarse), se da la
exclusión de medidas preventivas posteriores (no se
puede regresar a cómo eran antes las cosas), así como
la inexistencia de límites espaciales ni temporales (los
accidentes son impredecibles y sus efectos se dejan
sentir más allá de tiempos y nacionalidades).
Y si bien existe cada vez una genuina preocupación
por actores clave sobre la producción, diseminación
y permanencia de los riesgos de la COVID-19, para
Pau Solanilla (2020) “la crisis de la COVID-19 pone en
cuestión de forma dramática las carencias del poder
de las instituciones, muestra el poder de cada poder”.
Desde los orígenes de la existencia de la COVID-19
en el mundo, la apuesta por la (des)información, el
ocultamiento y la tergiversación de la información han
hecho de las suyas en el manejo comunicacional de la
pandemia.
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61“Pórtense bien. Es por su bien”. Análisis discursivo digital presidencial durante la COVID-19 en El Salvador
Para el 31 de diciembre de 2019, según CNN en
Español (2020), los primeros casos de neumonía
detectados en Wuhan, China, son reportados a la OMS.
Para ese entonces, el virus era aún desconocido. Siete
días después, autoridades de China lo conrmaron
como coronavirus, inicialmente llamado 2019-nCoV
por la OMS.
Pero la constatación del virus estuvo marcada por
tres momentos clave de la gestión de comunicación
de riesgos del gobierno chino. Estos se vieron
inuenciados por las variables de predisposición y
situación en un contexto adverso, entendidas por
Wilcox et al. (2007) como el estilo y las circunstancias
especícas con las cuales se abordará la gestión de
la crisis. En primer lugar, el South China Morning Post
(citado en Eluniverso.com, 2020) conrmó que el
caso cero de COVID-19 pudo haber sido una persona
de 55 años, residente de Wuhan, registrada el 17 de
noviembre de 2019, “siete semanas antes de que las
autoridades chinas anunciaran que habían identicado
un nuevo virus y más de dos meses antes de que varias
ciudades de la región se cerraron para contener la
propagación del virus”.
También, trascendió el fallecimiento de Li Wenliang,
un doctor que intentó advertir sobre el brote de la
COVID-19 y que fue contagiado del virus luego de
tratar a una mujer que sufría glaucoma sin saber que
ella lo había contraído. Previo a eso, mientras trataba
pacientes que presentaban características similares al
SARS, advirtió a sus colegas que tomaran medidas de
prevención necesarias ante este. Así, recibió la visita
de funcionarios de la Ocina de Seguridad Pública
China, quienes “lo acusaban de hacer comentarios
falsos que habían ‘perturbado severamente el orden
social’”, razón por la cual sería llevado a la justicia. Una
vez propagado el virus, las autoridades ofrecieron una
disculpa tardía, dándole la razón a Wenliang sobre la
COVID-19 (Hegarty, 2020).
Y, en tercer lugar, un informe del Departamento
de Seguridad Nacional de Estados Unidos (Sands,
Atwood, Collinson & Bohn, 2020) que aseguraba
que “el gobierno chino ocultó intencionalmente la
gravedad del coronavirus a la comunidad internacional
mientras almacenaba importaciones y disminuía
las exportaciones” con la nalidad de almacenar
suministros médicos para su comercialización en el
marco de la propagación del virus.
En ese sentido, Wilcox et al. (2007) considera que la
comunicación política en situaciones de riesgo se
complica por tres factores clave: 1) el hecho de que los
estudios cientícos tienden a contradecirse sin que las
personas sepan cómo catalogar a un riesgo como real
(o no); 2) la distorsión de los estudios cientícos por
parte de los medios de comunicación, que apuestan
por colocar titulares que anuncian una cura sin tomar
en cuenta los matices de dichos estudios; 3) a pesar
de las contundentes alarmas de portavoces legítimos,
existe una falta de contundencia de los medios
para replicar su mensaje, de tal forma que se pueda
concienciar a la población.
Aunado a eso, Ulrich Beck (citado en Thorpe y Yuill,
2016) considera que estas dicultades pueden mediar
en tres tipos de respuesta, propias de la comunicación
política en situaciones de riesgo: la negación (se hace
como si los riesgos no existieran o fueran mínimos,
propio de muchas empresas o gobiernos), la apatía (se
reconoce que el riesgo existe, pero no se hace nada al
respecto) y la transformación (se emprende una acción
global colectiva para vivir de forma positiva a pesar de
los riesgos).
Dichas respuestas han sido los relatos más recurrentes
en torno a la comunicación política en tiempos de
COVID-19 a escala mundial. Para Camil Ungureanu
e Iván Serrano (citados en Alsina, 2020, p. 61), Jair
Bolsonaro, Andrés Manuel López Obrador, Donald
Trump y Boris Johnson constituyen un liderazgo de
corte populista, en el que se identican patrones
narrativos elementales: “La élite como enemigo, el
pueblo como víctima, el líder como héroe/salvador, la
intensicación de las emociones y el cuestionamiento
de los mecanismos de la democracia representativa”.
La forma en que estos presidentes han enfrentado la
crisis de la COVID-19 se vuelve coherente con estos
ejes. Julia Alsina (2020) establece que la construcción
de este estilo de liderazgo contra la pandemia se
caracteriza de la siguiente forma:
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Rechazo a la evidencia cientíca. Las intuiciones
y las opiniones se convierten en equivalentes
de los hechos cientícos, de tal forma que la
creencia tiene el mismo nivel que la evidencia.
En Latinoamérica, la apelación a la religión, al
misticismo y las referencias a la espiritualidad
constituyen un factor de sanación, protección y
curación, una especie de escudo protector contra
la COVID-19.
Conspiración de las élites y los medios. Los medios
son los responsables de magnicar el impacto de
la COVID-19 al asegurar que solo es una fantasía.
Sumado a eso, se implementan estrategias de
redes sociales para aminorar su impacto, catalogar
a los medios y actores clave como enemigos
públicos que buscan desprestigiar la imagen del
gobierno en el manejo de la pandemia.
La protección de la nación y la economía. La
acción y la comunicación presentan una dicotomía
interesante. Mientras algunos de los presidentes
construyen una narrativa en torno a la protección
de la vida sobre la economía, otros han usado la
carta de la economía como argumento para dilatar
la implementación de medidas drásticas que les
permitan el incremento de contagios.
La política de los gestos. La estrategia negacionista,
traducida en baños de masas, besos y abrazos,
se reviste del campo de las emociones para
justicar sus posturas, de tal forma que este tipo de
liderazgo debilita el sistema político y, por ende,
pone en riesgo la salud de los ciudadanos a los
que gobierna.
Caso contrario, Geovanny Romero (2020) considera
que la comunicación política en tiempos de COVID-19
debe ser abordada de forma precisa por cinco C:
capacidad, conanza, convivencia, cooperación y
cohesión. Lo anterior encuentra sustento en datos
del Centro Europeo para la Prevención y Control
de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés,
2020), los cuales evidencian que los países liderados
por mujeres durante la crisis de la COVID-19 han
gestionado y adoptado medidas y decisiones más
ecaces que el resto.
Si bien a estos países la pandemia también los tomó
por sorpresa, Alicia Martos (2020) considera que los
detalles y la transparencia en medio de los casos han
sido factores cruciales para brindar una sensación de
cercanía, protección, calidez, humildad y consideración
con la ciudadanía, de tal forma que los políticos
“tengan la analítica suciente como para diseñar
estrategias efectivas, pero sin olvidar que la empatía
es el medio por el que se analiza el impacto en las
personas de las medidas que se deciden”.
Esto se traduce, por ejemplo, en las apariciones de
la primera ministra noruega, Erna Solberg, quien
se mostró en televisión para hablar directamente
con los niños de su país, organizando una rueda de
prensa en la que la presencia de los adultos no estaba
permitida; así como el caso de la primera ministra de
Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, cuya intervención
de 15 minutos del 25 de marzo de 2020 incentivó a
la población a tomar acción en torno a la COVID-19
con lo cual, en palabras de Alastair Campbell (citado
en el Observatorio Parlamentario de la Biblioteca
del Congreso de Chile, 2020), “ha logrado entregar
información importante con un lenguaje claro y fuerte,
pero a la vez empático y sensible con su población,
pues además de su llamado a la calma […] aclaró que
su gobierno no tolerará comportamientos que pongan
en riesgo la vida de otras personas”.
Ahora bien, entre una y otra cara de la moneda, ¿qué
se podría hacer? Al respecto, Xavier Peytibi (2020)
establece 10 necesidades que deben tener los
gobiernos en términos de comunicación política en
situaciones de riesgo, las cuales se resumen así:
Liderazgo comunicativo político: se necesita un
liderazgo que muestre seguridad, soluciones,
tranquilidad y conanza; que busque consensos,
hable con la oposición y llegue a acuerdos.
Ser rápido y no dejar de comunicar: debe hablarse
de la versión gubernamental. Es mejor que se diga
el gobierno dice o hace” y no “el gobierno no hace
o dice nada”.
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
63“Pórtense bien. Es por su bien”. Análisis discursivo digital presidencial durante la COVID-19 en El Salvador
Decir la verdad: conlleva transparencia e
información actualizada. Todo lo que el gobierno
pueda crear para prevenir rumores y malas
percepciones se convierte en un arma comunicativa
básica.
Comparecencias diarias: dar la cara a la población
mediante ruedas de prensa, rodeados de expertos,
en las que la prensa puede canalizar inquietudes
cruciales sobre el manejo de la pandemia.
Tener un buen portavoz: brinda mucha más
credibilidad que un portavoz político y puede
responder preguntas de los medios. Cuando el
político actúa como experto, pierde credibilidad y
puede cometer muchísimos errores. Es importante
que cada quien entienda su lugar y papel.
Mejorar cada día: la pandemia les enseñó a los
gobiernos que existen errores comunicativos y está
bien. Sin embargo, hay que equivocarse y corregir
rápido con el paso de los días.
Diferentes tipologías de contenido online:
valerse de una estrategia de comunicación
transmedia permite adaptar y canalizar mensajes a
necesidades especícas de cada audiencia.
Tener un relato: la construcción de una narrativa es
esencial para brindar esa sensación de sentimiento
nacional para salir todos juntos de la crisis que
representa la COVID-19.
Generar percepciones memorables: en tiempos
inciertos y diluidos, cualquier impacto puede
contar, y mucho, para decidir la aprobación hacia
un gobierno. Todo suma. Incluido el lenguaje.
Ir hacia adelante: se deben manejar las
expectativas para comunicar a la población lo
que vendrá. Al generar una relación de conanza,
la gente entenderá que los datos cambian y las
previsiones deberán corregirse en la marcha.
2.2 Condiciones internas y externas para la
consolidación de un manejo discursivo digital
presidencial en tiempos de la COVID-19
La tecnología ha provocado que la consolidación de un
manejo discursivo digital presidencial en tiempos de
la COVID-19 haya tomado un nuevo rumbo. Previo a
la entrada de internet y las redes sociales, los políticos
tenían fríamente calculada una visión de comunicación
hacia los ciudadanos. Ya sea en forma de mítines,
videos en televisión, mensajes radiales o cartas, todos
apuntaban a la unidireccionalidad del mensaje, cuya
apuesta, en palabras de Victoria Navarro (2016, p. 7),
“se basaba en rearmar las creencias y opiniones ya
compartidas y arraigadas entre los ciudadanos”.
Ahora, la COVID-19 ha hecho realidad la aspiración
de la sociedad red, propuesta por Manuel Castells
(citado en Thorpe y Yuill, 2016). Se desdibujan las
barreras y limitaciones temporales y especiales para
que cualquier persona, sin importar quién sea ni dónde
esté, pueda, en palabras de Miguel Túnez y José Sixto
(citados en Marín, Simancas y Alba Berzosa, 2019, p.
131), “constituir una inteligencia colectiva a partir del
intercambio de experiencias y conocimientos, gracias a
las herramientas de comunicación (desde blogs, redes
sociales o aplicaciones de dispositivos móviles) que
proporciona internet para facilitar la creación, edición e
intercambio de contenido”.
Esta suerte de comunicación bidireccional entre las
personas, sin importar quiénes sean ni dónde se
encuentren, han ayudado a la red social Twitter a
consolidarse como una de las redes sociales favoritas
para ejercer la comunicación política en tiempos de
COVID-19. No solo ayuda a esquivar las barreras
y ltros de los medios informativos, sino también
favorece una comunicación que brinda una sensación
de cercanía, empatía, transparencia, scalización y,
por qué no, inmediatez con todos aquellos que se han
dado de alta en dicha red social.
Esto encuentra sustento en las consideraciones de
Criado, Martínez y Silván (citados en Marín y Díaz,
2015) en torno a cuáles son los aspectos por los que
Twitter es una red social clave en la comunicación
política actual: su grado de difusión, la facilidad de
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
Abierta · Edición 14 · 2020 · Por Omar Luna, Ignacio López y Diego Manzano
64
acceso a todo tipo de usuarios y, nalmente, las
características intrínsecas de dicha red social, basada
en el microblogging, de tal forma que permiten
trasladar los mensajes de una manera directa, personal,
fomentando, a su vez, la interactividad entre los
usuarios.
De esta forma, no es lo mismo estar en internet que
darle un giro a la forma de ejercer comunicación
política en la era de los trending topic, los hashtag, los
linchamientos digitales y la cultura de la cancelación.
Aquí, tal como recoge Christian Salmon (citado en Del
Rey Morató, 2011, p. 114), el relato constituye una de
las grandes categorías del conocimiento, bajo el cual
“la realidad está ahora envuelta por una red narrativa
que ltra las percepciones y estimula las emociones
útiles”. Es decir, ahora no importa lo que se dice, sino
cómo se dice… Y, entre más guapo y cool sea, mejor.
Si bien es cierto existen casos de estudio previos
sobre la utilización de las redes sociales en términos
de consolidación de liderazgos en contextos previos
a la COVID-19 (Navarro, 2016), ahora Twitter se
convierte en un campo de batalla, donde cada día
se debe pensar en una serie de dinámicas, guras
y lógicas que trastoquen la agenda-setting, de tal
forma que dicten la pauta de cómo se debe hablar,
pensar y decir cosas dentro y fuera de los entornos
ecológicos digitales y tradicionales, propios de una
red social.
Así, Twitter ha revolucionado la forma de gobernar
al punto de pegarle una patada a la realidad, al
grado de modicarla. Para Del Rey Morató (2011),
modicaciones requieren, en primer lugar, valerse de
la agonística de la democracia, entendida como la
capacidad de aprovecharse de conictos estratégicos
entre adversarios políticos para canalizar positivamente
una situación o una circunstancia, propia de la relación
entre las élites, vertebradas en partidos políticos.
Complementario a eso, se necesita manejar el arte
de los vínculos sociales, los cuales se resuelven por
medio de la comunicación; es decir, la relación entre
representantes y representados (traducidos en insumos
de demandas y apoyos), así como los productos de
política distributiva y simbolismos políticos (reejados en
el diseño, divulgación e implementación de programas,
guras, lógicas e imaginarios que supongan una ruptura
con las viejas formas de gobernanza).
Esta dicotomía también precisa de una serie de
condiciones necesarias para que cualquier elemento
político, cargado de novedad que irrumpa en la
dinámica de esta aldea global plagada de COVID-19,
goce de una aceptación, propia de la dominación
carismática (Weber, 1944, p. 193), en la que cada
disposición, acción e imagen estén “en posesión de
fuerzas sobrenaturales o humanas, o por lo menos
especícamente extracotidianas y no asequibles a
cualquier otro”; de tal forma que, aunque tengan
matices, dinámicas y lógicas propias de un régimen
populista, tengan un amplio respaldo popular granítico
e inigualable.
En primer lugar, se precisa de una crisis de diversa
índole. Puede ser social, económica, identitaria/moral o
política, en la que los países deben ajustarse a una nueva
forma de entender la manera de gobernar en la era
3.0: cualquier decisión gubernamental, sea del agrado
(o no) de toda la ciudadanía, pasa por el tamiz de la
mediación tecnológica actual; es decir, se tenga acceso
o no a internet y las redes sociales, cualquier disposición
primará dichos canales de comunicación para dotar de
credibilidad a todo lo que el Estado disponga.
Por otro lado, se requiere de la presencia de un
líder carismático fuerte. Su gura se sustenta en la
construcción de imaginarios propios de la cultura
en la cual se encuentra inserto. Al no contar con un
programa propiamente dicho, para Patrick Charaudeau
(2009, p. 260) sus principales promesas políticas y
plataforma de gobierno se sustentan en “prometer
romper con las prácticas del pasado, terminar con la
corrupción y devolver su poder al pueblo”.
De esta forma, Charaudeau (2009) considera que existen
dos tipos de comunicación política bidireccional en este
tipo de gobernanza: por un lado, se coloca al lado del
pueblo, bajo una visión paternalista y aparentemente
anticapitalista, dirigiéndose a la clase obrera y media,
con un discurso que transforma al gobierno en una tabla
de salvación que solventará todos los problemas de
exclusión, acrecentados por las condiciones adversas,
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
65“Pórtense bien. Es por su bien”. Análisis discursivo digital presidencial durante la COVID-19 en El Salvador
generadas por un sistema político, económico y social
que se desmorona día a día con la expansión de la
COVID-19 a escala mundial.
Por otro lado, mientras eso sucede, el Estado desenvaina
su espada y se muestra enérgico hacia todos aquellos
sectores de la sociedad que busquen desprestigiar,
deslegitimar o poner en tela de juicio sus buenas
intenciones por devolverle al pueblo, mediante su
gestión gubernamental, todo aquello que se le ha
arrebatado. Sobre esa base, la construcción del enemigo
público es el pan de cada día: se puede amanecer
cuestionando a la academia, más tarde a voces
disidentes y, quién sabe, después pueden ser la mayoría
de sectores políticos, sociales y económicos del país.
Así, el poder de inuencia en la era COVID-19 no
solo reside en la fuerza del proyecto para transmitir
imaginarios de idealidad social del que es portador,
sino también en la capacidad de los ciudadanos para
esperar lo que sea necesario (efecto espejo), de tal
forma que dicho proyecto político, mediante el carisma
de sus personalidades políticas, sea sensible a sus
valores y a su realidad situacional.
Para eso, se vuelve necesario realzar cuáles son los
criterios necesarios para manejar el sutil arte de la
identicación de las instancias en el discurso mediático
presidencial digital, pues, tal como enuncia Del Rey
Morató (2011, p. 119), “representan la irrupción
de Internet [sic], los movimientos que ejecutan los
internautas, las decisiones que adoptan, las redes en
las que se comunican, y que en un futuro no lejano
podrán representar un potencial de comunicación y de
participación capaz de modicar nuestras actuales y
decitarias poliarquías partitocráticas”.
2.3 El arte de manejar instancias para construir
agenda país en tiempos de la COVID-19
Yessenia Zarate (2019) dene los modelos de
comunicación como “paradigmas que nos permiten
entender la comunicación desde una perspectiva
teórica, un paradigma de pensamiento o un contexto
histórico”. Desde esta perspectiva, el modelo de
comunicación, propuesto por Harold Lasswell (1948),
comprendido por el emisor (¿quién lo dice?), el
mensaje (¿qué dice?), el canal (¿por dónde lo dice?),
el destinatario (¿a quién se lo dice?) y el efecto/
respuesta (¿con qué nalidad se hizo?), ha sentado la
pauta para fundamentar, aplicar e integrar las guras,
lógicas y dinámicas propias de la comunicación
política en el marco del manejo comunicacional de
la pandemia de la COVID-19 a escala nacional e
internacional.
Así, estos elementos generaron una inuencia signicativa
en los planteamientos de Patrick Charaudeau (2009) para
analizar la utilización de la palabra en el espacio público
como parte de su análisis del discurso populista. De esta
manera, toda palabra proferida en estos entornos, sean
tradicionales o digitales, circula en tres instancias, cuyo
sentido depende del juego e interacción establecido
entre ellas: una instancia de producción, una instancia
de recepción y una instancia de mediación.
Por instancia de producción se entenderá que, aunque
se congura por medio de una persona en particular,
representa un colectivo más o menos homogéneo (una
institución, un partido, una asociación, entre otros). Su
discurso estará legitimado por una especie de contrato
social de comunicación, en el que cuenta con todas
las herramientas necesarias para “elogiar un proyecto
político (para hacer votar), en su derecho de justicar
o defender una idea (para hacer adherir la opinión
pública), en su ‘derecho de informar’ (para alimentar la
opinión ciudadana), o bien en su derecho de elogiar
un producto (para hacer comprar)” (Charadeau, 2009,
p. 261).
De esta forma, la simplicación del mensaje y apelación
a las emociones políticas, colocadas al mismo nivel
que la evidencia y el rigor cientíco, sustentan una
relación vinculante entre el lenguaje y la forma en la
cual percibimos la realidad en tiempos de COVID-19.
No cabe duda: las palabras tienen la capacidad
de congurar nuestra manera de pensar (Castelo y
Szulman, 2020). En consonancia, se debe trabajar
en esa tesitura y saber usar las diferentes opciones y
posibilidades que ofrecen las redes sociales por medio
de la teoría del encuadre (o framing).
Dicha teoría responde al estudio de las estructuras
narrativas que organizan el discurso en un contexto u
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
Abierta · Edición 14 · 2020 · Por Omar Luna, Ignacio López y Diego Manzano
66
otro. Para Robert Entman (citado en Fuster, 2016, p. 22)
se traduce como “un proceso en el que se seleccionan
algunos aspectos de la realidad, a los que se les
otorgará un mayor énfasis o importancia, de manera
que se dene el problema, se diagnostican sus causas,
se sugieren juicios morales y se proponen soluciones y
conductas apropiadas a seguir”.
En el caso de la construcción discursiva en torno a
la COVID-19, las instancias de producción estatal se
perlaron como invitaciones a leer determinados
textos, de formas especícas, con la nalidad de tener
ciertos resultados esperados, pues la esencia de los
encuadres apuesta por promover determinadas formas
de pensar sobre un tema o sujeto concreto a través de
ciertos montajes narrativos, con los cuales se establecen
resonancias que no se encuentran explícitas en el
contenido de la información divulgada (Fuster, 2016).
Así, para John Parmelee y Shannon Bichard (2012)
existen tres marcos genéricos que los políticos suelen
utilizar en Twitter: el media validation, el source frame y
el personality frame. En el primero, se usa el contenido
de los medios (y portales de contenido) para rearmar
una tesis propia; en el segundo, se utilizan los tuits
como fuente de información (y nada más); mientras
el último apuesta por la intimidad o aspectos más
personales (gustos, aciones, entre otros) para realzar
la humanidad del político en cuestión.
Esto encuentra sustento en las consideraciones de
Santiago Castelo y Martín Szulman (2020, p. 29) al
asegurar que, en situaciones de crisis, la apelación
al miedo es un recurso sumamente efectivo para
conseguir atención y un mayor grado de disciplina y
obediencia social. En consonancia, ante la pandemia
muchos gobiernos apostaron por marcos y metáforas
que giraron alrededor de “una otredad, un enemigo
peligroso, que solo venceremos si estamos unidos”.
Para estos autores, la construcción del enemigo público
giró alrededor de una retórica bélica.
La sustracción perceptible del riesgo por algo
imperceptible se tradujo en la utilización de términos
militares para transformar la pandemia de la
COVID-19 en una guerra. Ante ella, todos estamos
llamados a luchar, combatir y vencer. Esto encuentra
eco en las palabras de Ángela Merkel: “Desde la
Segunda Guerra Mundial, no ha habido un desafío
para nuestro país que dependa tanto de nuestra
acción conjunta y solidaria” (Elpais.com, 2020). O como
sintetizaría el presidente de El Salvador, Nayib Bukele:
“Ya inició la Tercera Guerra Mundial” (Bukele, 2020).
Sobre esa base, autores como Josep Ramoneda y
Susan Sontag (citados en Castelo y Szulman, 2020,
pp. 30-31) alertan sobre los errores y peligros de la
narrativa belicista, pues abren el camino a un refuerzo
de posiciones autoritarias, en las que se puede
poner en riesgo las libertades y los derechos de los
ciudadanos y, por consiguiente, un menosprecio al
rigor cientíco y una degradación a los enfermos,
pues esta coyuntura conlleva dar por sentado que
cualquier persona está dispuesta a sacricar su vida.
Eso sí, para que estos imaginarios calen, se precisa
la instancia de recepción. Esta representa un público
heterogéneo, que no necesariamente se encontrará
cautivo ante lo que se está prorrumpiendo en los
entornos tradicionales y digitales. Sin embargo, siempre
se catalogará como un público objetivo de un discurso
que lo obliga a tomar dos posturas contradictorias, pero
no necesariamente complementarias: beneciario de
un bien futuro (político, social o económico) del cual
es llamado a apropiarse o bien de un peligro del que
está llamado a protegerse. Cualquiera sea el caso
está llamado a ser, implícitamente (o no), agente de
una búsqueda que le resulte beneciosa en el corto,
mediano y largo plazo.
Se tome una postura u otra, Jorge Galindo (2014)
asegura que los marcos ayudan a un determinado
público a perlar la situación social en general. De esta
forma, constituyen una bisagra capaz de articular la
estructura con la acción y así minimizar la complejidad
mediante la denición de una situación. Para Erving
Goffman (citado en Fuster, 2016, p. 23), se vuelve
necesaria la incorporación del nivel individual y social
en las instancias de recepción, pues “un receptor
puede realizar interpretaciones autónomas de un texto
noticioso, pero para hacer estas interpretaciones, el
receptor tiene unos esquemas mentales que son muy
parecidos, sino iguales, al de la sociedad en su conjunto”.
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
67“Pórtense bien. Es por su bien”. Análisis discursivo digital presidencial durante la COVID-19 en El Salvador
Sobre esa base, las apariciones públicas de ciertos
mandatarios en tiempos de la COVID-19 resaltan
situaciones en las cuales sobresale que no tienen
poder para cambiar las cosas, pero sí para inuir en las
percepciones de sus naciones. Esto se puede observar
en la infravaloración de la gravedad de la pandemia, al
grado de catalogarla como una gripencinha (Bolsonaro)
o un virus chino (Trump), así como la apelación a la
religiosidad, el misticismo (López Obrador) y, por qué
no, el mito del padre autoritario e impotente ante un
pueblo desobediente (Bukele).
Para Del Rey Morató (2011, p. 114), estos juegos del
lenguaje constituyen formas, maneras y lógicas que
sirven para “hacer descripciones, prescripciones,
narraciones, interrogaciones, para reproducir
jerarquías, transmitir órdenes, pedir o recibir
información, establecer categorías o conquistar el
poder”. Sin duda alguna, se busca provocar o aumentar
a la adhesión de las personas a las tesis presentadas
para generar asentimiento y simpatía, una instancia en
la cual se proponen los temas, se construyen los relatos
y se constituyen los encuadres que moldearán el
pensar, hacer, decir y sentir dentro y fuera del entorno
ecológico digital tuitero.
Finalmente, la instancia de mediación pone en
contacto las dos instancias precedentes (producción
y recepción). Sobre esa lógica, provee de todos los
requerimientos escénicos necesarios y construye una
instancia destinataria que no necesariamente coincidirá
con sus procedentes. Al ser un canal de comunicación,
debe legitimarse su papel como transmisión de
información, por lo cual se generan ciertas exigencias
de responsabilidad de lo que se está comunicando por
medio de esta.
La instancia de mediación encuentra cabida en las
tres C de las funciones del discurso político en Twitter,
establecidas por Ana Mancera y Ana Pano (citados
en Navarro, 2016, p. 8): comunicación, comunidad y
cooperación: “La primera hace referencia a la puesta en
común de conocimientos entre los usuarios, la segunda
al encuentro e incorporación entre sus miembros y la
tercera ocurre cuando se animan a hacer cosas juntos”.
La aceleración de la transformación digital11 en
tiempos de COVID-19 ha resignicado las dinámicas
de la vida cotidiana y ha revestido de cierta
credibilidad a las redes sociales, especialmente Twitter.
Y, si se aplicara un tamiz posmodernista a cada uno
elementos divulgados en dicho espacio de interacción
social, la credibilidad argumentativa apostaría a “si lo
dice Twitter, debe ser verdad”.
En ese sentido, los tuits de un político se convierten
en un marco de referencia que contienen palabras
clave, curaduría de fuentes informativas, imágenes
cuidadosamente seleccionadas y otros recursos con
los cuales se suelen reforzar opiniones y armaciones
en torno a un determinado fenómeno. De esta forma,
los hashtags se transforman en uno de los recursos
más potentes para fabricar encuadres porque ahora ya
no se piensa en discursos y mítines, sino en “titulares”
claros, concisos y precisos.
Por esa razón, se utiliza como un megáfono universal
que faculta a los políticos para lanzar mensajes de
forma viral y descontrolada. Así, tal como referencia
Antonio Gutiérrez-Rubí (citado en López, 2012),
“la popularidad, el potencial y el magnetismo del
microblogging ofrecen un caudal de oportunidades
para la comunicación relacional. También para la
política: la que relaciona personas con personas.
Y, desde esta base, construye redes, alianzas,
compromisos y acciones”.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas en
dicha red social. Si algo ha demostrado la pandemia
es que, en palabras de Jamie Bianco (citado en
Navarro, 2016, p. 9), “Twitter no es un medio adecuado
para informar durante largos períodos de tiempo
y sobre cuestiones que requieran cierta reexión”.
Aunado a eso, robustece situaciones propias de la
desigualdad y la brecha digital porque, aunque se
tengan claras intenciones de diseminar el mensaje a
la mayor cantidad de usuarios posibles, no todas las
personas que se ven afectadas por el mismo tendrán
11 Para PWC (2019, p. 2), conlleva “el proceso de evolución que
han abordado las organizaciones a partir de la cuarta revolución
industrial (4RI), integrando cada vez más las nuevas tecnologías en
los procesos productivos”.
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
Abierta · Edición 14 · 2020 · Por Omar Luna, Ignacio López y Diego Manzano
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conocimiento de primera mano de las disposiciones
estatales que se diseminen por dicha red social. Un
trino que, muchas veces, no encuentra eco en la
inmensidad de una amplia y marcada brecha digital,
pues, según la Dirección General de Estadística y
Censos de El Salvador (Digestyc, citada en Palacios,
2020), “solo uno de cada diez hogares tiene una
computadora.
III. Metodología de la investigación
El diseño de investigación del presente documento
es de tipo no experimental transversal. Para Roberto
Hernández, Carlos Fernández y Pilar Baptista (2014,
p. 154), comprende la recolección de datos en un
momento único con la nalidad de “describir variables
y analizar su incidencia e interrelación en un momento
dado”. Este tipo de diseño se seleccionó con el
propósito de analizar, mediante un período de tres
meses (marzo, abril y mayo de 2020), algunos elementos
puntuales del discurso digital del presidente Nayib
Bukele acerca de la COVID-19 en la red social Twitter.
De esta forma, se establecieron una serie de categorías
de análisis que permitieran identicar la narrativa
presidencial elaborada en Twitter alrededor de la
COVID-19 durante el período de estudio seleccionado,
determinar el lenguaje y tono de las publicaciones
más representativas elaboradas por el mandatario
para así comprender los impactos de dichos mensajes
dentro y fuera de esta red social en variables de interés
(interacciones, situaciones coyunturales puntuales,
efectos colaterales en la dinámica de la agenda país,
entre otras).
Sobre esa base, el muestreo fue de carácter no
probabilístico intencional, el cual, según Tamara Otzen
y Carlos Manterola (2017, p. 230), “permite seleccionar
casos característicos de una población limitando la
muestra sólo [sic] a estos casos. Se utiliza en escenarios
en las que la población es muy variable”. Así, para
efectos de análisis, el período de recolección de tuits
se estableció desde el 1 de marzo hasta el 31 de mayo
de 2020. Comprendieron 5721 tuits, los cuales incluyen
los principales mensajes del presidente Nayib Bukele,
así como las interacciones más signicativas que tuvo
durante el período de análisis. Los principales criterios
de selección para determinarlos fueron: 1) divulgación
de información coyuntural de la COVID-19, 2)
construcción de posturas sobre disposiciones ociales
(o no) en torno a dicho contexto y 3) elaboración de
encuadres discursivos en torno a actores estratégicos o
adyacentes en el marco del manejo comunicacional de
la pandemia.
De esta forma, la metodología tuvo un carácter
mixto, apostando por la revisión bibliográca de
diversas teorías y fuentes de información que
abordaron la comunicación política en situaciones de
crisis, las variables internas y externas que facilitan
la consolidación de un manejo discursivo digital
presidencial, así como el diseño, producción e
implementación de instancias en la construcción de
agenda país dentro y fuera de redes sociales.
Complementario a eso, a nivel cuantitativo los tuits se
recolectaron por medio de una Interfaz de Programación
de Aplicaciones (API, por sus siglas en inglés), descrita
por ABC.es (2015) como “un conjunto de comandos,
funciones y protocolos informáticos que permiten
a los desarrolladores crear programas especícos
para ciertos sistemas operativos”. Así, se podían usar
las funciones, propias de la red social Twitter, para
extraer los tuits del período seleccionado y vaciarlos
en formatos que permitieran analizarlos en hojas de
cálculo de Excel. De esta forma, se elaboraron bases
de datos que posibilitaran delimitar como principales
categorías de análisis: interacciones con usuarios,
agentes que difunden la mayor cantidad de contenidos,
hashtags, palabras y seguidores de las cuentas, así
como cuáles fueron las tendencias más representativas,
generadas por el discurso presidencial digital en la red
social Twitter, para demostrar la efectividad (o no) que
las estrategias gubernamentales tienen dentro de la
propagación de la COVID-19 en El Salvador.
Para disminuir la posibilidad de malentendidos, de tal
forma que se esclarecieran signicados y vericación de
la repetición de una observación durante la recolección
y análisis de datos, se apostó por la triangulación como
la técnica central de este proceso de investigación. En
palabras de Rodríguez, Pozo y Gutiérrez (citados en
Aguilar y Barroso, 2015, p. 74), comprende una “técnica
de confrontación y herramienta de comparación de
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
69“Pórtense bien. Es por su bien”. Análisis discursivo digital presidencial durante la COVID-19 en El Salvador
diferentes tipos de análisis de datos (triangulación
analítica) con un mismo objetivo [que] puede contribuir
a validar un estudio […] y potenciar las conclusiones
que de él se derivan”.
La triangulación de datos puede ser espacial, temporal
y personal (Arias, 2000; Aguilar y Barroso, 2015).
Así, la triangulación temporal permitió comprobar la
constancia de los resultados en el período de tiempo
seleccionado (desde las primeras disposiciones
presidenciales hasta los puntos más álgidos en el
manejo discursivo presidencial digital de la misma);
mientras la triangulación espacial facilitó dilucidar las
guras, lógicas y dinámicas en las cuales la red social
Twitter contribuyó a la conguración de una agenda
país, dentro y fuera del entorno ecológico digital que
la comprende, para así comprobar las coincidencias
en torno al desenvolvimiento de ciertos fenómenos en
el marco de la COVID-19 en El Salvador.
Con respecto a la triangulación personal, María Arias
(2000) estima que esta se cataloga de tres formas:
análisis agregado, análisis interactivo y análisis colectivo.
Sobre esa base, el análisis agregado hace referencia
a los individuos seleccionados para el estudio sin
establecer relaciones sociales entre lo observado.
Por esa razón, se estimó pertinente realizar una breve
introducción, en el análisis de resultados, sobre el
presidente Nayib Bukele, previo al manejo discursivo
presidencial digital en el marco de la pandemia, así
como sus implicaciones durante y posterior a la misma.
Por otro lado, el análisis interactivo facilita la
comprensión de una unidad entre personas
interactuando en el campo natural de estudio. De esta
forma, si consideramos a Twitter como el marco de
referencia que dictamina cómo deben hablar, pensar,
actuar y comportarse las personas dentro y fuera de la
misma, se estableció esencial determinar cuál ha sido
la narrativa elaborada en Twitter acerca del manejo de
la COVID-19 para conocer el engagement que esto
produce en los usuarios de dicha red social.
Finalmente, para Arias (2000) el análisis colectivo
permite contemplar la forma en que “las personas y
sus interacciones son tratadas sólo [sic] de acuerdo con
la manera como ellas reejan presiones y demandas
de la colectividad total”. De esta forma, se le concede
una prioridad a lo social (Mead, citado en Ritzer, 2000)
por encima de lo individual, pues, si ya previamente
se establecieron cuáles serían las instancias de
producción (el presidente Bukele) y mediación (Twitter),
acá se vuelve sumamente importante determinar
cómo estas inciden en una instancia de recepción (la
población salvadoreña), de tal forma que se puedan
analizar sus interacciones acerca de las medidas
tomadas en torno a la pandemia en El Salvador.
IV. Análisis de resultados
4.1 Introducción: Nayib Bukele, un análisis en torno a
su gura en redes sociales
La construcción de un enemigo ha sido una constante
en la carrera política del presidente Bukele. Su gura,
elaborada sobre la base de una pugna por debilitar a
los partidos políticos tradicionales y de manifestar no
ser como los “mismos de siempre”, se consolidó tras la
victoria que obtuvo el 3 de febrero de 2019, en la que
rompió con la cadena de sucesiones en el Ejecutivo
que tanto Arena y el FMLN habían creado tras la rma
de los Acuerdos de Paz.
La disrupción de su gura al escenario político y su
ascenso meteórico a la presidencia ha supuesto toda
una serie de prácticas y acciones que guran en un
ataque constante y directo contra todas aquellas
voces disidentes que no están de acuerdo con su
modo de gobernar. Discursos incendiarios se han
volcado a las redes sociales para deslegitimar a sus
adversarios, práctica que se ha venido consolidando
con mecanismos que logran resonar y amplicar los
mensajes a través de una estructura comunicacional
que cala dentro del imaginario colectivo y que
fácilmente se utiliza para replicar ideas que evocan
la corrupción instalada al interior de los políticos
tradicionales.
La resonancia de su mensaje no se centra
exclusivamente en las redes sociales, sino que incluso
tiene la posibilidad de trascender a otros espacios que,
tras ser adoptados por otros medios de comunicación,
logran posicionar la gura del presidente, su discurso
y decisiones. Además, las personas alrededor del
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
Abierta · Edición 14 · 2020 · Por Omar Luna, Ignacio López y Diego Manzano
70
presidente, o su entorno ecológico inmediato, son
centros de ataques que divulgan y generan contenidos
alusivos a los políticos de Arena y el FMLN, opacando
de esta forma cualquier intento de ambos partidos
para obtener una fuerza relativamente importante de
cara a las elecciones de 2021.
La falta de credibilidad de Arena y el FMLN, junto a
las imágenes de expresidentes vinculados a robos,
malversación de fondos o asilados en otros países,
supone un mensaje poderoso que les resta fuerza a
estos partidos y expone una lucha permanente para
doblegarlos y obtener una mayoría al interior de la
Asamblea Legislativa, de tal suerte que esto permita
tomar decisiones expeditas que nieguen someterse
a tantos procedimientos de control y que también se
puedan llevar a cabo reformas constitucionales, tal
como algunos ministros o el mismo presidente han
expresado en algunos espacios, sin entrar en detalle
sobre qué cambios quieren impulsar.
Ciertamente, este choque constante entre los distintos
poderes del Estado se acrecentó en tiempos de
pandemia, incluyendo la descalicación constante del
presidente a los magistrados de la Corte Suprema de
Justicia (CSJ) y las resoluciones que, según expresaba,
minaban e invadían funciones constitucionales que
tiene la presidencia. En respuesta a estos mecanismos
de control, se orquestó en las redes sociales una
campaña para negar a estas instituciones y manifestar
que ambas estaban confabulando en su contra
con el objetivo de culpar a la presidencia ante el
desbordamiento del sistema de salud y la muerte
de cientos salvadoreños, a tal punto que incluso los
denominó como “asesinos”.
Así, la comunicación, centrada especialmente en
la imagen del presidente Bukele, evoca la de un
líder fuerte que encumbra el enojo y la molestia de
un grupo amplio de la población que ve en la clase
política tradicional y las instituciones un impedimento
para la transformación y la consecución de cambios
estructurales que den paso a un nuevo modo de
ejercer la gobernabilidad, según tratan de posicionar
desde casa presidencial en la mente de la población
salvadoreña a través de comunicación y símbolos bien
elaborados.
De fondo, la idea que transmite Nayib Bukele es la de
devolver al pueblo el poder que le ha sido negado
constantemente por los partidos Arena y el FMLN
(Charaudeau, 2009). E incluso lo repite en algunos
discursos en los cuales trata de cimentarse, basándose
en los principios de la dominación carismática de
Max Weber (1944), como un personaje redentor que
ha venido a salvar al pueblo de los enemigos que
pretenden mantenerlos en el oscurantismo; Dios es su
guía y redentor, con quien tiene un contacto directo
para orar y expresarle sus molestias contra “los mismos
de siempre”.
La reminiscencia a guras cuestionadas de ambos
partidos refuerza este desgate al que han sido
sometidos tanto Arena como el FMLN. La apariencia y
lo visual, como fuerzas vinculantes a todo el andamiaje
digital que se ha posicionado desde el Gobierno,
pretenden manifestar un sentido de cercanía y de
trabajo ante la población, intentándose demarcarse
de lo viejo y lo corrupto (Del Rey Morató, 2007;
Charaudeau, 2009). Y por supuesto que Twitter
se ha transformado en este campo de difusión y
batalla por excelencia, donde los ministros, cual
asiduos súbditos de las decisiones que emanan del
presidente, las respetan y cumplen al pie de la letra.
Orden dada, orden cumplida, según lo estipulan las
directrices que se generan desde estas decisiones, que
aparentemente se deben ejecutar con prontitud.
En efecto, los procesos políticos requieren de la
comunicación para legitimar y darle consistencia a
ciertas acciones, en las cuales se ven involucrados
diversos actores que necesitan tener información para
la toma de decisiones. Canel (2006, p. 18) establece
que “la comunicación es esencial para que las medidas
que han sido adoptadas sean vinculantes, es decir,
tenga fuerza sobre aquellos a quienes van dirigidas”.
De hecho, Canel (2006) incluso señala dos niveles
que habilitan este tipo de acciones; es decir, las
autoridades necesitan de la comunicación como
un elemento para presentarse y mostrarse ante la
población, como una clase de legitimación. Y, en un
segundo momento, dentro del ejercicio del poder las
autoridades, por medio de la comunicación, deben
dar a conocer sus decisiones a la población de manera
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
71“Pórtense bien. Es por su bien”. Análisis discursivo digital presidencial durante la COVID-19 en El Salvador
práctica y fácilmente comprensible para que las acaten
y cumplan.
En ese sentido, Twitter se ha convertido en
una plataforma ideal que permite simplicar la
comunicación y, por supuesto, la transforma a tal
nivel que, en muchas ocasiones, niega cualquier
cuestionamiento o posibilidad de restarle credibilidad
con base en la evidencia; principalmente si los
mensajes provienen del presidente de la república,
una gura que cuenta con un amplio respaldo popular
(IUDOP, 2020). La construcción de signicados en
esta red social encuentra eco especial a través de
las tendencias, que operan como una expresión que
refuerza al presidente y su entorno.
De acuerdo a Eva Campos-Domínguez (2017), la
difusión de contenido a través de esta plataforma,
lejos de coadyuvar a incentivar un verdadero debate
que permita el intercambio de ideas entre las
personas, sucede que, en el caso de los populistas,
lo suelen manejar como un espacio para difundir
ataques en contra de las personas a las que se les
considera opositores al Gobierno, desde medios de
comunicación, la academia, tanques de pensamiento,
entre otros.
Una de las principales dicultades que surgen del
uso de esta plataforma radica en la capacidad que los
políticos y las personas anes tienen para deformar
esta herramienta y utilizarla para alterar la percepción
de la opinión pública y, en cambio, formar una imagen
positiva de ciertos líderes que se han consolidado
dentro del entorno político o que están en este
proceso.
El uso de tendencias, hashtags, tuis y retuits, en
apariencia expresiones espontáneas surgidas ante
un acontecimiento social relevante, rápidamente se
han transformado en una lucha de signicados entre
fuerzas opuestas para incidir en la forma en que la
población percibe ciertos procesos políticos, sobre
todo en un momento en que el mundo atraviesa una
crisis sanitaria sin precedentes. Mientras en algunos
momentos se tiende a resaltar la gura del presidente
o de los ministros que trabajan “incansablemente” 24
horas y 7 días de la semana, surge como contrapartida
aquella manifestación ciudadana que proyecta los
señalamientos de corrupción a los que varios ministros
y ministras han sido sometidos en los medios de
comunicación, algunos de los cuales se han negado
a rendir todas las cuentas requeridas ante la Corte
de Cuentas de la República (CCR) o la Asamblea
Legislativa, particularmente cuando se hace la solicitud
de cierta información.
Esta resistencia ciudadana no solo responde a las
dinámicas de la contraloría social y monitorización
del poder que les brinda la red social Twitter, también
apela a la utilización de un discurso oculto, una
conducta ‘fuera de escena, que trasciende de la mirada
de quienes detentan el poder, pues para James Scott
(2000, p. 28) está constituido “por las manifestaciones
lingüísticas, gestuales y prácticas que conrman,
contradicen y tergiversan lo que aparece en el discurso
público”. De esta forma, se cumplen las premisas de
Michel Foucault (citado en Giraldo, 2006), en las que se
pueden contemplar que los puntos de resistencia están
presentes en todas partes dentro de la red de poder;
es decir, donde hay poder hay resistencia. Frente
al discurso público, socializado, surge uno oculto,
que crea su propia subcultura, en clara oposición a
la versión ocial de los hechos, donde conuye un
entramado de poder e intereses claramente marcados.
De esta forma, el auge, consolidación y presentación
de una resistencia disfrazada/discreta puede, según
Scott (citado en Ávalos, 2015, p. 34), “llevar implícitos
discursos de cólera, agresión, cuentos de venganza,
chismes, rumores que suelen desarrollar subculturas
y grupos cohesionados”. Y, sobre esa base, Hussein
Kesvani (citado en García, 2018, pp. 212-213) cuestiona
el hecho de que gobiernos, estrategas, expertos y
consultores han sido incapaces de contrarrestar el
posicionamiento de temáticas de agenda, propias de
dicha resistencia, pues fragmentan la conversación al
colocar en el marco de referencia favorito de quienes
construyen agenda país desde Twitter (los trending
topics) aquello que desean que consumamos, de tal
forma que “podrían estar dañando activamente la
conversación política, en lugar de ser un complemento
[…] para una discusión convencionalmente formal”.
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
Abierta · Edición 14 · 2020 · Por Omar Luna, Ignacio López y Diego Manzano
72
Así, la comunicación, dentro de este proceso de
medición de fuerzas entre diferentes agentes políticos,
se ha congurado como un espacio virtual que
promueve aún más la polarización de la sociedad
salvadoreña. Se bifurcan y consolidan los bandos de
ambas partes políticas, los “buenos” contra los “malos”,
la “vieja política” contra la “nueva política”, los “mismos
de siempre” contra “la renovación”, etc. De esta
manera, “Twitter se conrma como una herramienta
de polarización que refuerza las divisiones políticas
existentes en la sociedad y reduce la probabilidad de
encuentros casuales con opiniones diferentes” (Hahn,
Ryu y Park, citados en Campos-Domínguez, 2017, p.
787).
De hecho, los grupos en redes tienden a radicalizarse
y congurar un espacio en común que les permite
compartir contenido, generar uno nuevo o
simplemente replicar toda aquella información con la
que sienten especial aliación. En otras palabras, el
universo de las redes sociales fomenta la posibilidad
de que usuarios con ideas y creencias homogéneas
puedan coexistir en un mismo entorno, siendo este
un fenómeno que diculta la posibilidad de abrirse
a discutir y poner en tela de juicio algunas de las
creencias con personas que tienen visiones opuestas,
al menos de una forma racional.
Tal como sucede en la realidad social, los roles
se extrapolan al ámbito virtual, donde se busca el
consenso y aprobación de los grupos con los que
se piensa y siente igual, y las redes sociales explotan
este elemento. A este fenómeno sociológico se le ha
denominado como homolia política. “La homolia es
la base del efecto de la cámara ideológica, es decir, la
tendencia de las personas a comunicarse con quienes
comparten sus puntos de vista políticos, creando así
grupos homogéneos” (McPherson et al., citado en Del
Valle y Bravo, 2010, p. 1716).
Los estudios variados respecto a la homolia política
señalan que, si bien se tienden a conformar redes de
homogeneidad en las plataformas virtuales al mismo
tiempo, a partir de la amplia difusión de contenido que
existe, los usuarios también se pueden ver expuestos a
contenidos que no son compatibles con sus creencias
o ideas (Colleoni et al., citado en Del Valle y Bravo,
2010). Sin embargo, persisten aquellos elementos
de información con los que se tiende a tener mayor
anidad ideológica.
Esta construcción de redes de oposición o bloques
ideológicos es aprovechada por el aparato
comunicacional del gobierno para profundizar mucho
más la construcción del enemigo o del otro. Sirve como
una forma de consolidar redes de apoyo que tienden
a mostrar fuerza en Twitter para impulsar mensajes o
tendencias acordes a las estrategias comunicacionales
que se diseñan.
Portales de contenido, tuiteros con un amplio respaldo
de seguidores o guras políticas exaltan la gura
del presidente Bukele y avalan las decisiones que
toma como una muestra de aceptación popular, a
pesar de que, en muchas ocasiones, sucede que se
genera una distorsión y fabricación de contenido que
aparentemente demuestra consenso y anidad. Surge
entonces esta especie de lucha política por obtener el
dominio de este espacio virtual.
4.2 Análisis de la información
Para efectos del análisis, el periodo de la recolección
de tuits se estableció desde el 1 de marzo hasta el
31 de mayo de 2020, tiempo en el cual iniciaron toda
una serie de estrategias de comunicación desde el
Gobierno con el propósito de impulsar las acciones
que estaban implementando para tratar de controlar la
pandemia. El análisis se concentró en la extracción de
los tuits de la cuenta del presidente de la república por
medio de una API12; la cifra de recolección fue de 5721
durante este período.
Además, si bien el foco de interés se centró en la
cuenta del presidente Bukele, al mismo tiempo se
analizaron otras de su entorno político (como la Fuerza
12 La API (interfaces de programación de aplicaciones) es una
herramienta que permite a diferentes programas informáticos
establecer una comunicación entre ellos con la nalidad de solicitar
y enviar información. La red social Twitter puede brindar una API a
desarrolladores, empresas o usuarios, de tal forma que se puedan
obtener datos del contenido que se difunde y registrarlos a través
de diferentes bases.
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
73“Pórtense bien. Es por su bien”. Análisis discursivo digital presidencial durante la COVID-19 en El Salvador
Armada de El Salvador, el Ministerio de Salud, la Policía
Nacional Civil, Francisco Alabí, Ministerio de Obras
Públicas, CIFCO, entre otras más) que terminaron por
potenciar o amplicar el mensaje que el mandatario
destinó a la población. Para ello, se llevó a cabo todo
un proceso que permitió indagar, en primera instancia,
la producción de tuits y retuits del mandatario alusivos
a las fechas en que fueron publicados desde su
cuenta ocial en Twitter, sobre todo para comprender
de quiénes hacía mayor mención en momentos
importantes de la coyuntura política.
En segunda instancia, se trató de localizar fechas
especícas que, por su alto impacto, resultaron muy
signicativas por la relevancia que jugaron a nivel
comunicacional, en el marco de la COVID-19, al crear
un ambiente que conjugó y profundizó la construcción
del enemigo ante los embates permanentes contra
los demás órganos del Estado, la descalicación a los
opositores, medios de comunicación, academia, entre
otros. Además, se realizó un análisis de las palabras
con más frecuencia, los hashtags y la construcción de
un grafo de relaciones entre los distintos usuarios que
mencionan al presidente Bukele.
Del registro recuperado de 5721 tuits (incluye retuits
del mandatario) del 1 de marzo hasta el 31 de mayo
de 2020, en promedio diario se registraron 62. La base
brindó un valor de un total de 4571 usuarios (no se
hace distinción si son páginas o usuarios vericados, y
algunas cuentas fueron replicadas en varias ocasiones)
a los que el presidente Bukele optó por retuitear
durante este periodo de tiempo, mientras que los
datos también establecen que el número total de tuits
originales del mandatario fue de 1150.
4.3 Análisis temporal
Figura 1: Histograma, por fechas de publicaciones, de tuits y retuits publicados en la
cuenta del presidente Nayib Bukele
Fuente: elaboración propia con base en los datos de Twitter del presidente de la república.
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
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74
El análisis temporal nos permite identicar aquellas
fechas en que hubo mayor cantidad de tuits y retuits
que el mandatario publicó en su plataforma virtual,
según las circunstancias y la coyuntura política que el
país estaba experimentando. Así, de los 5721 tuits y
retuits que se lograron recuperar de marzo a mayo de
2020, se destaca que el mes de valor máximo fue en
mayo, con 2074. El valor mínimo se reportó en marzo,
al obtener la cifra de 1801. En términos porcentuales,
el 36% del contenido se distribuyó en mayo, el 32% en
abril y el 31% en marzo.
Al mismo tiempo, se indagó en los días en que existe
una mayor frecuencia en la cantidad de información
que divulgó el mandatario en Twitter. El día domingo,
por mucho, es en el que aparece una frecuencia mayor
de contenido, con 941. Y el día en que se genera
menor contenido e interacción en la red social del
presidente se establece que es el jueves, pues obtuvo
la cantidad de 669. La siguiente tabla de distribución
muestra los días ordenados de mayor a menor, junto a
sus porcentajes. La sistematización por días comprende
los tres meses.
Tabla 1: Contenido publicado en la cuenta de Twitter
del presidente Nayib Bukele, por día, frecuencia y
porcentaje de divulgación
Tabla 2: Cantidad de retuits y favoritos de la cuenta de
Twitter del presidente Nayib Bukele, por día, fecha y hora
Fuente: elaboración propia con base en Twitter.
Fuente: elaboración propia con base en Twitter.
Día
Domingo
Martes
Viernes
Sábado
Miércoles
Lunes
Jueves
Total
Status_id13
1240499575196090368
1245421850911477767
1245267021551538176
1249122980266938368
1238500594891075592
Creado
2020/03/18 22:45:20
2020/04/01 12:44:42
2020/04/01 02:29:28
2020/04/11 17:51:40
2020/03/13 10:22:06
Nombre
Nayib Bukele
Nayib Bukele
Nayib Bukele
Nayib Bukele
Nayib Bukele
Retuits total
19,600
17,500
15,300
13,268
13,600
Favs total
109,200
50,600
42,000
47,900
45,200
Frecuencia
941
926
861
828
781
715
669
5721
%
16%
16%
15%
14%
14%
12%
12%
100%
4.4 Retuits más populares del mandatario Bukele de
marzo a mayo de 2020
Se organizó un ejercicio a n de identicar aquellos
tuits que generaron un impacto mayor en la población
salvadoreña dado el alto riesgo al que se estaba
enfrentando el país en ese momento a partir de la
expansión del virus COVID-19. La categoría de análisis
para este caso fue la construcción de un top 5 de los
mayores retuits del mandatario, según el mensaje y la
fuerza que tuvieron, así como también el contenido
del mismo.
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
75“Pórtense bien. Es por su bien”. Análisis discursivo digital presidencial durante la COVID-19 en El Salvador
Figura 2: Tuits con más favs y retuits del presidente de la república durante el período
estudiado
13 El status ID de Twitter se caracteriza por ser el código identicador
bajo el cual una cuenta determinada, en este caso la del presidente
Bukele, realizó una publicación en su línea de tiempo de esta red
social. El status ID permite buscar la publicación precisamente en la
barra de navegador al introducir los códigos.
Los siguientes tuits del presidente Bukele se han
colocado a partir de aquellos que obtuvieron un
mayor número de favs y retuits en el período de
estudio, especialmente en una etapa en que la
pandemia comenzaba a surgir dentro del discurso
presidencial como una amenaza potencial y de riesgos
devastadores para la población salvadoreña.
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
Abierta · Edición 14 · 2020 · Por Omar Luna, Ignacio López y Diego Manzano
76
Fuente: tuits del presidente de la república con base en los datos obtenidos de Twitter.
La tendencia del discurso, en una primera impresión,
es aquella en la que el presidente Bukele transmite
conanza y seguridad ante la población salvadoreña
por los riesgos que atañe el virus de la COVID-19,
dando a comprender que la unidad es un factor
clave para superar la enfermedad. Esta conanza que
transmitió inicialmente pronto se fue disipando tras
los anuncios que iban destinados a infundir miedo,
sobre todo al hacer alusión al contexto internacional
y, más particularmente, a la situación que experimentó
Ecuador. Entre marzo y abril, Ecuador fue uno de
los países que sufrió uno de los “peores brotes de
Coronavirus [sic] en el mundo”14, al punto que los
cadáveres se apilaban en morgues y había cuerpos
en las calles.
Por otro lado, el 13 de marzo de 2020 el presidente
Bukele ordena que se adopten medidas muy duras
para tratar de frenar la rápida expansión que el
virus COVID-19 había demostrado a escala mundial,
elaborando toda una serie de acciones orientadas
al cierre de fronteras, la declaración de la alerta roja
dentro de todo el territorio nacional y la prohibición
de aglomeraciones de personas.
14 Cabrera, J. y Kurmanaev, A. (2020, abril 23). El número de
muertos en Ecuador durante el brote está entre los peores del
mundo. New York Times. Recuperado de https://www.nytimes.com/
es/2020/04/23/espanol/america-latina/virus-ecuador-muertes.html.
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
77“Pórtense bien. Es por su bien”. Análisis discursivo digital presidencial durante la COVID-19 en El Salvador
Fuente: Twitter.com (2020).
15 Redacción. (2020, abril 16). Bukele se niega a cumplir un
fallo del Constitucional que limita el poder del Gobierno de
El Salvador ante la pandemia. Europa Press. Recuperado de:
https://www.europapress.es/internacional/noticia-bukele-niega-
cumplir-fallo-constitucional-limita-poder-gobierno-salvador-
pandemia-20200416133747.html.
Figura 3: Tuit de Casa Presidencial de El Salvador alusivo a la
gravedad de la COVID-19 en Nueva York
En esta etapa, las declaraciones del mandatario en
Twitter comenzaron a diseñar un ambiente en que, en
lugar del elemento cientíco como parte central de
la estrategia de comunicación y la educación como
factor de prevención, el corolario de su mensaje era
más bien mostrar videos y mensajes de cómo otros
países estaban siendo doblegados por la enfermedad.
Prueba de eso es que, en uno de los tuis que publicó
y en el que tuvo más retuits de parte de diferentes
cuentas, invitaba a las personas a hacer una búsqueda
de videos en esta red social de la situación de Ecuador.
Incluso, en algunas cadenas nacionales, reforzaba esta
idea al presentar imágenes y videos de hospitales y
morgues colapsadas.
En este sentido, se apeló más al dominio de los
ciudadanos a partir de la construcción del virus como
elemento letal que desestructuró las certezas de la vida
social, propio de consideraciones de la sociedad del
riesgo (Beck, 1998), donde los riesgos se sustraen de
la percepción y más bien residen en campos propios
de la medicina, la farmacéutica y las ciencias físico-
químicas. Sobre esa base, el riesgo era un elemento
latente y el miedo se utilizó como herramienta de
control, así como también la imposición de medidas que
limitaban derechos constitucionales como la libertad de
circulación dentro del territorio y la libertad personal15.
A este respecto, la comunicación de riesgo es un ámbito
que permite explorar la manera en que, conforme
se presentan crisis en una sociedad, se construyen
o potencian estrategias orientadas a informar a la
sociedad en medio de este tipo de situaciones. De
acuerdo a Jordi Farré (2005), han surgido diferentes
enfoques o perspectivas que tratan de explorar la
comunicación de riesgo: por un lado, se sitúa aquella
que busca consolidar una denición objetiva del riesgo;
es decir, pretende cuanticarlo a través de diferentes
herramientas. Por otro lado, surge la perspectiva
constructivista, la cual tiende a analizar la mediación de
la cultura y la estructura social en la forma en que los
ciudadanos construyen su percepción en torno al riesgo.
Por lo tanto, la comunicación en Twitter de este
periodo analizado del presidente Bukele, si bien se
produce en un entorno virtual y tiene la facilidad de
ser difundida con prontitud, se observó que también
generó incertidumbre y falta de un conocimiento
adecuado de la enfermedad, pues se apelaba mucho
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
Abierta · Edición 14 · 2020 · Por Omar Luna, Ignacio López y Diego Manzano
78
más al lado emotivo para justicar y legalizar acciones
que terminaron por violentar los derechos de muchos
salvadoreños, así como también evitar rendir cuentas
de los gastos y generar tensión entre los distintos
órganos del Estado16.
Una de estas acciones se constató a través de un tuit
que emitió el mandatario el 28 de mayo de 2020, en
el que se comprobó, además del conicto abierto con
la Asamblea Legislativa, una marcada simplicación
de los efectos de la pandemia al manifestar que los
legisladores querían abrir de golpe la economía
salvadoreña y ver morir al pueblo salvadoreño a
través de un decreto. Es decir, una vez más, se pone
16 Amnistía Internacional El Salvador (2020, abril 30).
Organizaciones Internacionales exhortan al presidente Bukele
a respetar los derechos humanos en el contexto del COVID-19.
Recuperado de https://www.amnesty.org/es/latest/news/2020/04/
el-salvador-presidente-bukele-derechos-humanos-covid19/.
17 Ocina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA,
por sus siglas en inglés). (2020, abril 30). En El Salvador, COVID-19
no es excusa para los ataques de Bukele contra el Estado de
derechos. Recuperado de https://www.wola.org/es/2020/04/
en-el-salvador-covid-19-no-es-excusa-para-los-ataques-de-bukele-
contra-el-estado-de-derecho/.
Fuente: Twitter.com (2020).
Figura 4: Tuit del Presidente Nayib Bukele alusivo al conicto
entre el Gobierno y la Asamblea para abrir la economía
de relieve la contradicción que el presidente quería
marcar entre la economía y la salud.
El uso excesivo de la fuerza por parte de los agentes
de seguridad pública también fue otro elemento
constante en la estrategia de contención de la
COVID-1917. En algunos casos presentados dentro y
fuera del entorno ecológico de Twitter, se observaba
algunos elementos del papel de las autoridades en
el ejercicio de la violencia catalizadora, propuesta
por Lewis Coser (1967), donde se valen de formas de
control social, propias de mecanismos “extralegales”,
para hacer valer su función lejos de la mirada de
la “gente decente”. De ahí la importancia de tomar
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
79“Pórtense bien. Es por su bien”. Análisis discursivo digital presidencial durante la COVID-19 en El Salvador
Fuente: Twitter.com (2020).
Figura 5: Tuit de la Secretaría de Prensa de la Presidencia alusivo a endurecer las
medidas de cuarentena domiciliaria luego de la cadena del presidente Bukele
en cuenta la comunicación de crisis en este tipo de
experiencias, analizando a los actores que están en
juego y los efectos que producirá en ellos.
Un ejemplo que denota el rol predominante que
tuvieron las fuerzas de seguridad pública en la
contención del virus fue cuando el presidente
Bukele, en una cadena nacional del 6 de abril,
indicó que era necesario endurecer las medidas
contra todas las personas que violaran la cuarentena
domiciliaria, incluso avalando el uso de la fuerza
como práctica aceptable para corregir a los que
quebrantaron la medida, el decomiso de sus
vehículos y enviarlos a centros de contención. En la
cadena dijo: “He dado la instrucción al ministro de
Defensa y al ministro de Seguridad de ser más duros
con la gente en la calle, la gente que está violando
la cuarentena. No me va a importar ver en las
redes sociales ‘ay, me decomisaron el carro, ay me
doblaron la muñeca’; eso es mucho menos a que se
muera su familia o la familia de otros”. Esta medida
fue replicada en Twitter por las cuentas vinculadas a
Casa Presidencial.
4.5 Hashtags más utilizados por el mandatario Bukele
y su entorno político entre marzo a mayo de 2020
Se efectuó un análisis a n de identicar cuáles fueron
los principales hashtags utilizados por el presidente
Bukele y su entorno político para gurar ciertas
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
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tendencias en Twitter e inuir en la percepción de la
opinión pública. Destaca, en primer lugar, #COVID19
como uno de los hashtags que comenzaron a
adquirir notoriedad desde el mes de marzo, cuando
comenzaron a registrarse los primeros casos de este
nuevo virus en el territorio nacional. Antes del virus, en
marzo, el tema prioritario de interés era el Plan Control
Territorial, por lo que toda la estrategia comunicacional
iba dirigida a ese n.
#PlanControlTerritorial (PCT) anunciaba las medidas
implementadas por el Gobierno para la reducción
de los homicidios en distintas zonas del país. Para
este caso, el enemigo público número uno eran las
pandillas, y la atención mediática se había congurado
de tal forma que se quería manifestar la falta de
aprobación de fondos para el nanciamiento de
la fase III del PCT por parte de los diputados. Este
período tuvo una fuerte crispación política y acusó
a los diputados de personas vinculadas al crimen
organizado.
Por otro lado, también se posicionó el tema de los
militares como gura central de la estrategia del
presidente Bukele para exaltar la imagen de ellos y
comenzar a impulsar la idea de que existe una nueva
Fuerza Armada (FAES), cercana al pueblo. Prueba de
eso fue la utilización de imágenes alusivas a miembros
de la FAES cargando paquetes agrícolas o ayudando a
las comunidades.
La FAES ha sido parte fundamental de la estrategia
comunicacional del presidente Bukele y se ha
canalizado la atención en resaltar pequeñas acciones
Fuente: elaboración propia con base en los datos obtenidos de Twitter.
Figura 6: Hashtags más utilizados desde marzo de 2020 hasta mayo de 2020, en la
cuenta del presidente Nayib Bukele
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
81“Pórtense bien. Es por su bien”. Análisis discursivo digital presidencial durante la COVID-19 en El Salvador
Fuente: Twitter.com (2020).
Figura 7: Tuit de Casa Presidencial de El Salvador alusivo al
papel de la Fuerza Armada, en el marco de la COVID-19
de la vida cotidiana que demuestran que los miembros
de estas instituciones son héroes, sobre todo a partir
de la puesta en escena del ministro de Defensa, René
Francis Merino Monroy.
Por otro lado, también guró el hashtag
#QuédateEnCasa con el objetivo de incidir en que
las personas no violentaran la cuarentena domiciliar
durante los meses en que los casos de COVID-19
comenzaron a incrementarse. La apuesta del Gobierno
estaba concentrada en lograr que parte de la sociedad
salvadoreña se mantuviera en su hogar, incluyendo
la entrega de un bono de 300 dólares que estaba
destinado a ayudar a que la población salvadoreña
pudiera subsistir sin salir a trabajar y que parcialmente
cumplió con su objetivo; sin embargo, también
tuvo problemas logísticos que desencadenaron
aglomeraciones de personas a nales de marzo en los
alrededores de instalaciones del Centro Nacional de
Atención y Administración de Subsidios (CENADE).
Al desarrollar una categorización por palabras más
utilizadas por el presidente Bukele y su entorno
político, se priorizaron las que contaban con una mayor
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
Abierta · Edición 14 · 2020 · Por Omar Luna, Ignacio López y Diego Manzano
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Fuente: elaboración propia con base en los datos obtenidos de Twitter.
Figura 8: Palabras más utilizadas por el mandatario Bukele y el entorno político en su
cuenta entre marzo a mayo de 2020, en la red social Twitter
mención en los tuits del mandatario salvadoreño y
otras cuentas que él cita o retuitea.
La idea de crear esta nube de palabras era para
consolidar y resumir algunas de las temáticas o
acciones que el mandatario llevó a cabo u ordenó
a través de su cuenta durante el transcurso de
estos tres meses de análisis, es decir, desde el 1
de marzo hasta el 31 de mayo. En el centro, en
efecto, la palabra Nayib Bukele es la que más
menciones posee, es el presidente quien sostiene la
comunicación como el principal referente mediático.
Relucen también temas vinculados a salud y
COVID-19, elementos que fueron fundamentales en
el momento que el país estaba en una cuarentena
domiciliaria estricta, al igual que el hospital que se
estaba planicando construir. Este período tuvo
especialmente un fuerte componente en el tema de
la salud, aunque también se percibe el conicto con
la Asamblea Legislativa ante la negativa inicial de
aprobarle al Ejecutivo ciertas leyes que le dotaban
de facultades extraordinarias. Se observa además a
la Fuerza Armada como un actor protagónico, según
las menciones a esta institución que el presidente
hizo en su cuenta o retuiteó.
Adicionalmente, se hizo un ejercicio para observar
qué palabras eran más constantes cada 15 días en la
red social del mandatario y de su entorno. El ejercicio,
de nuevo, se hizo desde el 1 de marzo hasta el 31 de
mayo de 2020.
Durante este período de tiempo, las palabras
más recurrentes giraron alrededor de la gura del
presidente Nayib Bukele, así como algunos elementos
complementarios de la parafernalia estatal que
complementan la acción y comunicación gubernamental.
Sobre esa base, también sobresalen expresiones
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
83“Pórtense bien. Es por su bien”. Análisis discursivo digital presidencial durante la COVID-19 en El Salvador
Fuente: elaboración propia con base en los datos obtenidos de Twitter.
Figura 9: Palabras más utilizadas por el mandatario Bukele y el entorno político en su
cuenta del 1 al 15 de marzo 2020, en la red social Twitter
aludiendo al municipio de San Salvador que, de forma
premonitoria y sin lugar a dudas, se convertiría en el
epicentro de la pandemia con la mayor cantidad de casos
registrados a la fecha.
Sumado a eso, esta primera quincena de marzo de 2020
constituye un punto de inexión en la construcción de
la narrativa estatal en torno a la COVID-19, en la que
propios y extraños versaron sobre ciertos elementos
recurrentes en ella: 1) una situación alarmista y belicista
sobre las condiciones de otros países en torno a la
pandemia; 2) una (des)información clara, constante
y sonante sobre las disposiciones estatales y las
condiciones de los casos nacionales, y 3) la apuesta de
una comunicación restrictiva y castrante por encima de
una preventiva e informativa en torno al manejo de la
enfermedad COVID-19.
Sobre esa base, Bukele (2020) fue contundente: “Nadie
está exento de esto. Del virus. No hace discriminación
entre ricos y pobres. No hace discriminación de
raza, sexo, religión [...]. Si esto se convierte en lo
que ha pasado en España o Italia, nadie va a poder
estar en un hospital privado”. Sus palabras remiten
a las consideraciones de Beck (1998) en torno a
la democratización de los riesgos en la medida
que, aunque las personas posean las condiciones
socioeconómicas necesarias para sobrellevar los
riesgos, siempre se obtiene un grado de afectación,
pues estos son asignados civilizatoriamente.
Pero no todo está perdido. Desde esta cadena,
la transformación de las instalaciones del Centro
Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO) en el
“hospital más grande de Latinoamérica” se convirtió en la
principal promesa del Estado para combatir la pandemia.
Y aunque para el momento en que fue anunciado aún no
estaba listo, Bukele (2020) prometió que una inversión de
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
Abierta · Edición 14 · 2020 · Por Omar Luna, Ignacio López y Diego Manzano
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alrededor de sesenta millones de dólares se multiplicaría
en 300 unidades de cuidados intensivos (uci).
Eso sí, aunque el hospital más grande de Latinoamérica
estaba sobre la mesa, no podía dejarse de lado
la mediación divina, pues no bastan los esfuerzos
químicos-sanitarios basados en la evidencia para
hacerle frente a la pandemia, sino que, en palabras de
Bukele (2020), se vuelve fundamental pedirle “...a Dios
de que nos ayude a sobreponernos a esta enfermedad.
Que salve a la mayoría de salvadoreños porque vamos
a enfrentar una tribulación. La vamos enfrentar [...],
pero estoy seguro de que, con la ayuda de Dios, vamos
a salir adelante”.
Para este período, el tono de esta etapa se caracterizó
de un mensaje cargado de paternalismo por parte del
presidente Bukele. Sobre todo por las sospechas que
corrían en el aire en torno al primer caso de COVID-19,
una noticia que desmoronó el sueño de un país que
se sentía protegido de la amenaza que carcomía lenta
y paulatinamente a todo el mundo. La crónica de una
Fuente: elaboración propia con base en los datos obtenidos de Twitter.
Figura 10: Palabras más utilizadas por el mandatario Bukele y su entorno político en
su cuenta del 16 al 31 de marzo 2020, en la red social Twitter
conrmación anunciada tuvo su punto más álgido
durante la cadena del 18 de marzo de 2020, cuando el
presidente Bukele aseguró que una de las pruebas de
COVID-19 realizada a dos casos sospechosos en el país
fue positiva.
Sobre esa base, el entorno ecológico digital de las
redes sociales enardeció. Las personas, cual plaza
pública medieval digital, buscaban al caso 1 con
antorchas, tridentes y trinos tuiteros: quién era, con
quiénes vivía, de dónde procedía, por qué entró por
un punto ciego como aseguraba el presidente y,
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
85“Pórtense bien. Es por su bien”. Análisis discursivo digital presidencial durante la COVID-19 en El Salvador
sobre todo, se volvía el momento oportuno para saltar
de su marco de referencia digital para abarrotar y
acaparar cualquier producto que se encontrara en los
supermercados, debido a la incertidumbre nacional
que anunciaba el presidente en torno al caso, pues “no
sabemos a cuánta gente visitó, a qué lugares fue, por
ser en Metapán pudiera ser que se quedó en esa zona.
Pudiéramos estar equivocados, pero preventivamente
he ordenado un cordón sanitario alrededor del
municipio de Metapán, el cual está siendo ejecutado
ahorita por nuestra Fuerza Armada” (Bukele, 2020).
La alarma y zozobra por la conrmación del primer
caso se vio acompañada por un mensaje del
presidente Bukele encaminado a felicitar el trabajo
conjunto que, en su momento, realizaron las fuerzas
vivas del país en torno a la prevención de una amenaza
latente, pero vigente para el país. Y, sobre esa base,
no dudó un segundo en acompañar su mensaje por
una serie de disposiciones económicas y sociales,
encaminadas al cierre del AIES, empresas y comercios,
así como la entrega de bonos e incentivos económicos
para las familias afectadas por la crisis.
De esta forma, dicho período de tiempo hace
referencia al cuido que hizo del pueblo salvadoreño
a través de la #ayudaalapuertadetucasa, pues tal
como aseguró el presidente Bukele (2020): “Sepan
que pase lo que pase, vamos a hacer siempre lo
correcto y vamos a hacer siempre todo lo imposible
y lo humanamente imposible para hacer lo mejor
para nuestro país y que nuestro país esté siempre a
la vanguardia del resto de países del mundo en el
tratamiento de esta pandemia. Una razón de peso por
la cual dicho hashtag, difundido en sus redes sociales
y en distintas instituciones de Gobierno, demostró el
compromiso del órgano Ejecutivo hacia su pueblo, a
pesar de que posteriormente la falta de planicación y
organización en la entrega de incentivos económicos
se tradujera en descontento generalizado para los
posibles beneciados18.
De igual forma, en este período se difundieron
imágenes y videos alusivos a las construcciones o
remodelaciones que estaban haciendo en la red
de hospitales públicos para atender a pacientes de
COVID-19. La apelación al pueblo también es una
constante dentro de la narrativa del presidente Bukele,
como un llamado para liderarlos en momentos de
tribulación que atraviesa el país. Y Dios surge como
el símbolo preferido por el presidente para cautivar
y brindar un cierto grado de calma ante el pueblo. La
apelación a Dios no es gratuita, sobre todo porque un
sector amplio de la sociedad salvadoreña es creyente
y tienen fe. Según una encuesta de LPG Datos (2019),
el 40.5% de la población salvadoreña se clasicó en la
religión católica, el 39.5% en la evangélica y el 17.1%
sin ninguna religión19.
Al mismo tiempo, en esta etapa de pandemia surge la
construcción del enemigo al señalar una confabulación
entre la Asamblea Legislativa y la Asociación Nacional
de la Empresa Privada (ANEP) de querer reformar la
ley del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS)
para quitar la obligación de pagar a los trabajadores
y otorgarle la responsabilidad al ISSS. El presidente
hizo uso de adjetivos como “asquerosos”, “chacales”
y “sopes” por tratar de llevar a cabo esta reforma en
medio de una pandemia y así deslegitimar a la ANEP
y la Asamblea Legislativa. Sin dejar de lado la postura
“avariciosa” y “codiciosa” de los empresarios por la
no disposición de cerrar sus locales, comercios y
restaurantes en una coyuntura en la que una de las
cosas más importantes giraba alrededor de la salud y
bienestar del pueblo salvadoreño.
La palabra cuarentena suele ser una de las
expresiones que aparecen con mayor frecuencia
dentro de los mensajes del presidente Bukele. Entre el
1 y el 15 de abril, esta palabra se utilizó para exigirle
a la población que se mantuviera en su hogar y que
no saliera. También el presidente retomó ejemplos
de países como Rusia para señalar que a quienes
quebrantaron la cuarentena les daban siete años de
prisión. El ejemplo, además, sirvió para arremeter
18 Escobar, C. (2020, marzo 29). “Llegar al Cenade sin nada y
regresar igual”. Revista Gato Encerrado. Recuperado de https://
gatoencerrado.news/2020/03/29/llegar-al-cenade-sin-nada-y-
retirarse-igual/.
19 Segura, E. (2019, abril 16). “El catolicismo está a punto de dejar de
ser mayoría en El Salvador”. Laprensagraca.com. Recuperado de:
https://www.laprensagraca.com/lpgdatos/El-catolicismo-esta-a-
punto-de-dejar-de-ser-mayoria-en-El-Salvador-20190415-0550.html.
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Abierta · Edición 14 · 2020 · Por Omar Luna, Ignacio López y Diego Manzano
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Fuente: elaboración propia con base en los datos obtenidos de Twitter.
Figura 11: Palabras más utilizadas por el mandatario Bukele y el entorno político en
su cuenta del 1 al 15 de abril 2020, en la red social Twitter
contra las personas que ignoraban la cuarentena
obligatoria impuesta por las autoridades porque,
tal como rezó su tuit del 13 de abril de 2020: “En
resumen: Quédense en casa. Si van a salir tiene que
ser con causa justicada y mascarilla. De lo contrario
los llevan a centros de cuarentena. Pórtense bien. Es
por su bien” (Bukele, 2020).
Al respecto, el discurso apeló al miedo y al terror
para denotar que, al ser violentada la ley, las
personas iban a ser enviadas a centros de cuarentena
o contención por un cierto periodo de tiempo.
También guran palabras como la de “nexos”, pues
la estrategia del presidente y del Ministerio de
Salud estaba diseñada para hacer una detección de
pacientes con COVID-19 a través de la búsqueda de
las personas que pudieron haber estado en contacto
con las enfermas.
Por otra parte, se generó en este periodo de tiempo
una confrontación entre el aparato comunicacional
del Ejecutivo en Twitter frente a unas ltraciones que
se externaron a través de la cuenta de Alejandro
Muyshondt, quien expuso a un grupo de esta red
social que criticaba al presidente Bukele. El ataque fue
ampliamente difundido y se activaron varias cuentas
anes al Gobierno para deslegitimar a personas
especícas a través del hashtag #cafenegroleaks.
Si bien el descubrimiento de una “resistencia
organizada” por parte de personas anes al Estado
para desestabilizar la buena gestión del presidente
Bukele se mantuvo en los tuits de propios y extraños
entre el 16 y el 30 de abril de 2020, la estrategia
discursiva mediática digital del Gobierno apostó por
la construcción y consolidación de la narrativa de
“nuestros héroes”: militares, policías y personal médico
sanitario de primera línea.
Dicha construcción encuentra sustento en la cuenta de
Twitter de comandante Jaguar (2020): “Hoy cumplo
44 días sin licencia, extraño el calor de mi familia, mis
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87“Pórtense bien. Es por su bien”. Análisis discursivo digital presidencial durante la COVID-19 en El Salvador
Fuente: elaboración propia con base en los datos obtenidos de Twitter.
Figura 12: Palabras más utilizadas por el mandatario Bukele y el entorno político en
su cuenta del 16 al 30 de abril 2020, en la red social Twitter
mascotas, mi cama, la comida... En ocasiones dan
ganas de tirar la toalla y salir huyendo pero me motiva
el q estoy haciendo algo por mi país y mi pueblo y aquí
estoy Siéntanse privilegiados q están en casa [sic]”.
Por esa razón, la disposición y entrega de estos “héroes”
–quienes han acudido al llamado de la patria para
combatir a este enemigo público extraño, pero cuyos
efectos se vuelven perceptibles en la población– se
traduce en una serie de guras, imaginarios y lógicas con
los cuales la narrativa gubernamental busca devolverle
al pueblo el lugar que por años le fue negado por las
formas tradicionales de concebir la dinámica del sistema
político, económico y social del país (Charaudeau, 2009).
En ese sentido, no resulta extraño que palabras como
cuarentena, #covid19, #alertacovid19sv, salud, personas,
medidas, país y hospital sean enarboladas como
las trompetas de batalla de los tuits del presidente.
Médicos dispuestos a dar la vida, soldados y policías
que patrullan sin descanso el territorio nacional, vetos
y sanciones a decretos estratégicos, cercos sanitarios
impuestos en municipios estratégicos, libre albedrío
municipal para endurecer las medidas y, por qué no,
robustecer un sistema asistencialista con el cual se busca
paliar la desigualdad que la pandemia se ha encargado
de realzar (aún más).
Sin embargo, el Estado no contaba con que su
narrativa bélica en torno a la COVID-19 adoptaría otros
matices, propios de la coyuntura nacional: el alza de los
homicidios en el marco de la pandemia. Para el viernes
24 de abril de 2020, se reportó un incremento en los
homicidios, a raíz de la desesperación de las pandillas
por la no obtención de ingresos económicos. En
pocas palabras, ni venta ni “renta” (Martínez, Martínez y
Lemus, 2020).
¿Cómo respondió el Gobierno? De la misma forma que
abordó el tema de la COVID-19, con “mano dura. En ese
sentido, el presidente Bukele apostó por una estrategia
discursiva digital mediática reactiva con la cual autorizaba
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
Abierta · Edición 14 · 2020 · Por Omar Luna, Ignacio López y Diego Manzano
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a “las fuerzas públicas a usar fuerza letal” en el combate
a las pandillas, y enseguida aclaró que el Gobierno
correrá con los gastos procesales de los elementos que
sean acusados de asesinato “por defender la vida de la
gente honrada. De esta forma, el mismo Estado, al igual
que manejó el tema de la detención de los centros de
contención, validó una forma de control social propia de
la violencia como catalizadora (Coser, 1967) en la que, a
pesar de los llamados de atención de personas afectadas
por un contexto adverso, las guras de poder se valen
de ciertas formas de control social para hacer valer su
función, lejos de la mirada de la “gente decente”.
Entre el 1 y el 15 de mayo de 2020, adquieren relevancia
expresiones del presidente en las que establece
una falsa dicotomía entre la vida y salud del pueblo
salvadoreño en contraposición a la economía. En ese
sentido, la nube de palabras resaltan expresiones
alusivas a la vida: cuarentena, país, #covid19,
#alertacovid19, personas, país, hospital y salud.
Sobre dicha precisión, la cadena del 5 de mayo de
2020, denominada #15díasporSV, fungió como un
procedimiento para, en palabras de Reynaldo Giraldo
(2006), “hacer circular los efectos del poder de
Fuente: elaboración propia con base en los datos obtenidos de Twitter.
Figura 13: Palabras más utilizadas por el mandatario Bukele y el entorno político en
su cuenta del 1 al 15 de mayo 2020, en la red social Twitter
forma […] continua, ininterrumpida, individualizada
por todo el cuerpo social”. No solo sirvió para
resaltar un aparente consenso entre la Asamblea
Legislativa y la ANEP saliente para hacerle frente a la
pandemia, también sirvió como una suerte de castigo
ejemplarizante por medio del cual el juego de las
miradas que ven sin ser vistas, se valía de las cuatro
operaciones del arte de castigar: referir los actores,
catalogarlos como extraordinarios, establecer conjunto
de comparaciones en conductas similares y determinar
espacios de diferenciación para así determinar
conductas a seguir.
“No hemos estado respetando la cuarentena […] No
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
89“Pórtense bien. Es por su bien”. Análisis discursivo digital presidencial durante la COVID-19 en El Salvador
sé si la palabra será decepcionado o frustrado sobre
cómo es posible que la población salvadoreña no esté
cuidando su salud […] Escucho muy recurrentemente
la palabra necesidad […] Yo sé que hay necesidades.
Las conozco”, exclamó Bukele. En esa suerte de
vigilancia y castigo, la cadena sirvió como un castigo
ejemplarizante para evidenciar la desobediencia de un
pueblo, uno que privilegia la economía sobre la salud y
que, sobre todas las cosas, se vuelve en un hijo pródigo
para un pobre presidente que lo único que buscaba
era salvaguardar su salud.
En ese sentido, volvió a hacer hincapié en la
democratización de los riesgos (Beck, 1998) en la
medida que enfatizó que el virus no establece una
distinción socioeconómica. Mucho menos irrespetar la
cuarentena por satisfacer una necesidad concreta o un
placer y, en consonancia, nadie, absolutamente nadie,
puede desobedecer el mandato de un padre que lo
único que busca es el bienestar de sus hijos. Les guste
o no les guste, tienen que obedecer.
Y, sobre esa base, se tienen que tomar medidas. En
este período de tiempo, el presidente Bukele enarboló
una restricción de las libertades constitucionales
en pro de la salud. Si se rompía la cuarentena, a un
centro de contención. Si se violaba un día de permiso
reglamentario vía decreto, al centro de contención.
Si alguien osaba cruzar los límites entre municipios y
era descubierto por las fuerzas de seguridad pública,
al centro de contención. Toda la balanza se inclinó a
favor de la salud porque “si logramos bajar lo sufriente,
vamos a poder salir a trabajar, abrir nuestro negocio,
hacer deporte, ir al trabajo” (Bukele, 2020).
Sumado a eso, anunció el cierre de más empresas
y negocios que no fueran de primera necesidad;
farmacéuticas, bancos, supermercados y puestos de
venta de granos básicos y canasta básica estuvieron
excluidos de la medida. De esta forma, Bukele fue
contundente (2020): “El Gobierno y el Ministerio de
Salud tienen todas las facultades para ordenar el cierre
de cualquier tipo de negocio si considera que es lo
mejor para la salud del pueblo salvadoreño”.
Pero no todo arquetipo de la masculinidad es negativo;
de hecho, puede llegar a mostrar su lado bueno,
generoso y solidario con las demás personas (Campos,
2007). Bukele también hizo un llamado a superar las
desavenencias políticas para trabajar en pro del país,
así como la implementación de otras medidas como la
puesta en marcha de un “voluntariado pagado” para
robustecer el personal de primera línea para combatir
la pandemia, así como la distribución de 2.7 millones
de canastas a escala nacional, pues “no se lo pedimos
por nosotros. Se lo pedimos por usted. Es usted y su
familia. ¡Por Dios!” (Bukele, 2020).
Para este período de tiempo, el discurso de unidad
nacional y apuesta por la supresión de ciertas garantías
constitucionales, producto de la puesta en marcha de
una cuarentena residencial estricta a escala nacional,
comenzaba a hacer mella en otras esferas de la vida
nacional. En ese sentido, la cadena del 17 de mayo
de 2020 giró alrededor de dos cosas: 1) la puesta
en marcha de una falsa dicotomía entre la salud y la
economía, 2) divulgar una serie de logros conquistados
en el marco de la COVID-19.
Si bien es cierto que prevaleció una estrategia
discursiva alarmista sobre la situación de otros países,
potencias mundiales que han caído arrodilladas ante
los efectos de los riesgos imperceptibles generados
por la COVID-19, la apuesta del presidente Bukele
(2020) por privilegiar las medidas gubernamentales
se resumía en elaborar un ejercicio de visualización
en el cual la población salvadoreña daría lo que fuera
por mantener a sus seres queridos con vida siempre
y cuando “Dios [ocupe] la mente y las manos de
nuestros cientícos, de nuestros médicos, de nuestros
laboratoristas, de nuestros farmacéuticos para encontrar
una cura, un tratamiento, un suero con anticuerpos.
Algún tratamiento decente, un tratamiento que baje la
mortandad”.
Posteriormente, la serie de logros conquistados por el
Gobierno se dividió en tres campos de batalla: prevenir
el contagio y el combate a la enfermedad, garantizar
la seguridad de todos los salvadoreños y proporcionar
alimentos a todas las familias salvadoreñas que los
necesiten.
Sobre esa base, resaltó la conformación de un gabinete
ampliado de salud, planes de prevención, cierre del
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
Abierta · Edición 14 · 2020 · Por Omar Luna, Ignacio López y Diego Manzano
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Fuente: elaboración propia con base en los datos obtenidos de Twitter.
Figura 14: Palabras más utilizadas por el mandatario Bukele y el entorno político en
su cuenta del 16 al 31 de mayo 2020, en la red social Twitter
aeropuerto y fronteras terrestres, apoyo a los varados
en el exterior, robustecimiento de recursos técnicos,
nancieros y humanos para los “héroes”, así como un
reforzamiento para los centros de cuarentena habilitados
a escala nacional.
En consonancia, el presidente Bukele realzó los
esfuerzos realizados de la PNC y la FAES para “controlar
la delincuencia, hacer cumplir la cuarentena, cuidar
nuestras fronteras y repartir alimentos”, situación que, al
exigir un sobreesfuerzo sin descanso para los cuerpos
de seguridad, se traduce en un riesgo de libertades
y derechos de los ciudadanos (Ramoneda, citado en
Castelo y Szulman, 2020). En ese sentido, el carácter
estructural-funcionalista de las fuerzas de seguridad, en
palabras del presidente Bukele, se tradujo en una drástica
reducción de los homicidios, desapariciones forzadas,
robos, asaltos y otros delitos.
Finalmente, las garantías sociales y económicas se
tradujeron en una labor titánica. De esta forma, la
entrega de cestas alimenticias y sacos de ayuda, la
regulación y jación de precios de productos y enseres
de primera necesidad de la pandemia, el congelamiento
de pagos de alquileres y servicios, así como la búsqueda
de facilidades económicas para la reactivación del país,
se tradujeron en el caballito de batalla del discurso
presidencial. Con eso, el mandatario deseaba realzar
que todo el Estado se encontraba en la total disposición
de devolverle al pueblo los benecios que “los mismos
de siempre” les estaban arrebatando y que, a pesar de
sus esfuerzos por no aprobar todo lo necesario en la
Asamblea Legislativa para eso, “nadie se interpondrá
entre Dios y su pueblo para poder cambiar El Salvador
[…], por más difícil que sea, por más barreras que nos
impongan, por más difícil que se vuelva y la situación
cueste lo que cueste, su presidente luchará junto a
ustedes” (Bukele, 2020).
Para el 30 de mayo de 2020, la dicultad llamó
nuevamente a la puerta de El Salvador. Cuando el
presidente Bukele despertó, la tormenta tropical Amanda
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
91“Pórtense bien. Es por su bien”. Análisis discursivo digital presidencial durante la COVID-19 en El Salvador
estaba ahí. Esta tormenta agudizó las necesidades y
vulnerabilidades del territorio nacional, una situación que
vino a socavar más a un pueblo agonizante y desigual en
el marco de la pandemia (Rauda, 2020).
Mientras la lluvia caía sin parar, la comunicación
gubernamental trastabillaba. Como asegura Piñuel
(1997, p. 172), una crisis no anticipada ejerce un doble
efecto perverso, evidenciado en “un nefasto retraso
[sic], debido al tiempo que hay simultáneamente que
dedicarle a la puesta de procedimientos de urgencia y
al control sobre el discurso [...], y al retraso se suma un
exacerbado despliegue de enfrentamientos [sic]: de
los efectos negativos se generan otros, en una espiral
inacionista de incomprensiones”. Esto se vio reejado
en la ausencia de guras clave en el manejo de la gestión
de riesgos, la tardanza de disposiciones estatales para
salvaguardar la vida de los salvadoreños, así como la
apertura condicionada de ferreterías y establecimientos
que ayudaran a socavar los daños provocados por
la tormenta tropical Amanda fueron parte de los
acontecimientos clave que marcaron este período.
Sumado a eso, a pesar de que el presidente Bukele
había asumido una postura paternalista en el tema de
la COVID-19, la comunicación política en situaciones
de crisis tardaba. Y mucho. No fue hasta que decidió
aparecer en la Comunidad Nuevo Israel, San Salvador,
donde apostó por una ofensiva discursiva hacia el
poder legislativo y judicial por la falta de fondos para
combatir la emergencia por COVID-19 y los daños
causados por Amanda, posterior a su negativa de
rendir su informe de primer año de Gobierno ante a la
Asamblea Legislativa20.
Lejos quedó el llamado a la unidad de una nación, de
un país, de un pueblo en la adversidad. Bienvenido
populismo, uno marcado por teorías conspirativas
propios de las élites, los adversarios políticos y los
medios de comunicación, donde se reproducen y
consolidan actitudes de las reacciones estratégicas
de la comunicación política en situaciones de crisis: la
negación y la transferencia de responsabilidades.
Para sustentar la aseveración anterior, traemos a
cuenta las apreciaciones conceptuales de Giraldo
Bueno (2012, p. 127) sobre la orientación performativa
del ejercicio populista en América Latina, el cual se
encuentra marcado por “la materialización de la acción
política, la construcción de pueblo, la conguración de
demandas sociales, la reinterpretación de imaginarios,
teniendo en cuenta la subjetividad de los sujetos, la
cultura y los discursos”. De esta manera, la orientación
performativa resalta dos elementos importantes: 1)
la importancia de la dimensión discursiva mediante
la cual se logra articular la dimensión social, política y
económica que logra un proceso de transformación
cultural que trasciende la retórica de un líder; 2) la
construcción de unidad e identidad de grupo que se
conguran alrededor de demandas sociales que tienen
fuente en la relación plebs-populus, en el que un sector
popular reclama ser el pueblo legítimo.
De forma complementaria, Piñuel (1997, p. 187)
considera que la actitud de la negación “niega en bloque
el incidente y rechaza que se le dedique ningún interés
o tiempo. Si la información es infundada o errónea, esta
permitirá frenar cualquier evolución de la crisis; de lo
contrario, esta resultaría catastróca si la acusación se
encuentra totalmente justicada. En ese sentido, Bukele
(2020) apostó defenestrar a la clase política, reiterando
el descuido de esta hacia el pueblo, realzando que “por
primera vez, un Gobierno tiene casi tres meses en alerta
roja en emergencia nacional y este Gobierno no ha
recibido ni un solo centavo de la Asamblea Legislativa
[…] El dinero del pueblo lo bloquean para que no llegue
a la gente”, para así construir una esfera discursiva a favor
de la labor titánica de sus ministros y funcionarios por
corresponderle a su pueblo.
Complementario a eso, la actitud de transferencia de
responsabilidades apuesta por intentar hacer que un
tercero asuma la responsabilidad para así proteger la
reputación como tal (Piñuel, 1997). Si bien es cierto
esta postura resulta ecaz a corto plazo, pues exacerba
y caldea los ánimos en torno al tercero en discordia,
se convierte en algo moralmente poco recomendable,
pues daría una impresión negativa de asumir
responsabilidades en situaciones de crisis. Pese a que
120 Girón, K. (2020, mayo 28). Asamblea rechaza reprogramar
informe de primer año del gobierno de Bukele. Arpas.org.sv.
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ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
Abierta · Edición 14 · 2020 · Por Omar Luna, Ignacio López y Diego Manzano
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el público de la conferencia de prensa del 31 de mayo
en la comunidad Nuevo Israel, San Salvador, alabó la
construcción del marco narrativo presidencial en torno
a considerar a los diputados como “sinvergüenzas”
y “ladrones”, que “dan asco”, la narrativa presidencial
desgasta y distorsiona el balance de poderes existente
entre el Ejecutivo, Legislativo y Judicial para potenciar
la construcción recurrente de un enemigo público (real
o virtual), que públicamente enuncia su escasa o nula
capacidad de ejecución y gestión.
Esto, verdaderamente, reeja una falta de consensos
y miedo al disenso sobre las implicaciones de los
entendimientos para llegar a la construcción e
hilvanación de intereses organizados en favor del país,
lo cual se resume en uno de los momentos nales de la
aparición de Bukele (2020) ante “su pueblo”: “Sabemos
lo que buscan, sabemos lo que quieren. Son libres.
Háganlo. Sigan haciéndolo en sus corazones, en sus
almas, en su vida. Pensarán lo que trataron de hacerles
en este país. Nosotros vamos a seguir trabajando y
llevando al pueblo salvadoreño soluciones, soluciones
que ningún gobierno trajo antes”.
Finalmente, se representa un grafo que pretende
explorar el nivel de anidad y de relaciones que se
constituyeron desde la cuenta ocial de Twitter del
presidente Bukele del 1 de marzo hasta el 31 de mayo
de 2020. Las relaciones señaladas son básicamente
todas las cuentas con las que el presidente generó
algún nivel de vínculo, ya sea para criticarla, apoyar
su contenido o replicar la información de acuerdo a la
coyuntura política que el país atravesaba.
Las relaciones entre la cuenta del presidente Bukele
y el resto que aparecen en el grafo también señalan
el nivel de proximidad e interacción que tiene más
con algunas que otras. Los nodos y conectores del
grafo muestran justamente que ciertas cuentas
están más presentes dentro de las relaciones
que el presidente desarrolló en esta red social.
En otras palabras, esta herramienta nos permite
vislumbrar la construcción de ciertos grupos anes
y de oposición con los que el presidente Bukele
mantuvo alguna interacción durante el período
señalado de la investigación. Esto, según Xabier
Martínez Rolan y Teresa Piñero-Otero (2017, p. 860),
Fuente: elaboración propia con base en los datos obtenidos de Twitter.
Figura 15: Grafo de relaciones entre el mandatario Bukele y el entorno político
en su cuenta de Twitter, del 1 de marzo al 31 de mayo de 2020
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
93“Pórtense bien. Es por su bien”. Análisis discursivo digital presidencial durante la COVID-19 en El Salvador
Figura 15: Grafo de relaciones entre el mandatario Bukele y el entorno político
en su cuenta de Twitter, del 1 de marzo al 31 de mayo de 2020
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
Abierta · Edición 14 · 2020 · Por Omar Luna, Ignacio López y Diego Manzano
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lleva a lo siguiente: “El enfoque funcionalista de la
comunicación permite visibilizar las aristas (nexos de
unión) que vertebran los nodos (actores de un grafo)
en las comunidades virtuales”.
Para este caso, el grafo se centra especialmente en el
presidente Bukele y el grado de difusión que suelen
tener sus mensajes al interactuar con otras cuentas
que, al mismo tiempo, hacen eco del contenido. De
acuerdo al análisis, se pudo determinar algunas de
las cuentas con las que el mandatario tuvo un mayor
nivel de interacción a través de sus menciones:
FAES, Asamblea Legislativa, Policía Nacional Civil
(PNC), ministro de Salud Francisco Alabí, Ministerio
de Salud (MINSAL), Centro Internacional de Ferias y
Convenciones (CIFCO), Ministerio de Obras Públicas
(MOP), Protección Civil y la Secretaría de Prensa de la
República.
Sin duda, estos actores tuvieron un papel sumamente
crucial en un manejo discursivo digital presidencial en
el que no quedó lugar a dudas de que la equiparación
de los cuerpos de seguridad con el personal sanitario
de primera línea, la tendencia del discurso alarmista,
la construcción de enemigos públicos (reales o
virtuales) y la difuminación de medidas concretas
para aminorar la crisis de la COVID-19 por privilegiar
la espectacularización y simplicación de mensajes
que posteriormente se traducirían en tuits, retuits,
hashtags y trending topics fueron el pan de cada día en
el marco de una coyuntura, donde se volvía primordial
una comunicación política que atajara incertezas y
compensara los silencios.
Fueran digitales… o no.
V. Conclusiones
El presidente Bukele es la gura central de toda la
puesta en escena de la comunicación gubernamental
dirigida a construir un líder fuerte, carismático y
cercano a la población. Busca en sobremanera
proteger al pueblo de los políticos tradicionales que
han sido señalados de cometer actos de corrupción
y de haber pactado con criminales, de acuerdo a la
narrativa que se ha venido construyendo. La fuerza de
su discurso radica en la capacidad de inducir y recrear
la visión de un enemigo que, actuando en contra de la
población, busca sobre todo mantener los privilegios
de una clase dominante y corrupta.
En esta visión radical, que demarca a “nosotros” los
buenos frente a los malos o “mismos de siempre”,
la sociedad ha venido a polarizarse. Ha llegado a tal
punto que, dentro del entorno virtual de redes sociales,
una gran cantidad de cuentas variadas que van desde
portales de información digital, cuentas aparentemente
personales que se dedican todos los días a reproducir
el discurso gubernamental, guras del entorno
digital que han ganado una considerable cantidad
de seguidores por su discurso progubernamental,
ministros y ministras, entre otros, replican mensajes
de ataque en contra de todos aquellos que no se
muestran de acuerdo con los designios de Bukele.
Un campo de batalla entre el 97% que lo apoya y el
3% en contra de su accionar. Vale la pena matizar que
este punto es una ingeniosa técnica discursiva que
carece de objetividad cientíca. Por un lado, extrapolar
la aprobación de la gestión gubernamental hacia
el apoyo de todo tipo de acciones que el Ejecutivo
realiza es incorrecto. La aprobación de la gestión
gubernamental es una variable muy importante,
pero se debe cruzar con otras, como el grado de
identicación con el partido de gobierno y sus partidos
aliados o con la intención de voto en las próximas
elecciones. Por otro lado, si bien la aprobación popular
hacia el presidente Bukele se mantiene muy elevada,
según los últimos sondeos de opinión entre junio y
agosto de 2020, en El Salvador, los promedios de
aceptación estaban por lo general cercanos al 80%
(Consulta.mx, IUDOP y Segura, 2020).
En ese sentido, Twitter se ha transformado en un
espacio en el que la lucha constante por construir
signicados y legitimarlos tiene un papel fundamental,
sobre todo ante el rol de inuir en la opinión pública
y en sus percepciones. Las tendencias, hashtags,
mensajes alusivos al presidente, tuits y retuits son parte
de la estructura comunicacional que se activan en
determinadas coyunturas políticas. Y, bajo los efectos
de la pandemia por COVID-19 en el territorio nacional,
se hizo cada vez más evidente el rol de la comunicación
política dentro del ejercicio de consolidar la imagen
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95“Pórtense bien. Es por su bien”. Análisis discursivo digital presidencial durante la COVID-19 en El Salvador
del mandatario como un hombre guiado por Dios para
conducir al pueblo en momentos de una tribulación
de proporciones apocalípticas, tal como el presidente
Bukele demostró en unas proyecciones que señalaron
que casi toda la población salvadoreña se iba a infectar
del nuevo virus.
Así, el uso de redes sociales para socavar al resto
de los órganos del Estado ha sido una constante en
tiempos de pandemia de COVID-19. La supresión
de derechos constitucionales, la puesta en común
de imágenes alusivas a la catástrofe que otros países
experimentaban a causa del virus, supusieron una serie
de mecanismos orientados a legitimar la fuerza y el
accionar del Estado, incluso al punto de generalizarse
la idea de que no se necesitan los contrapesos del
resto de órganos, pues esto más bien es un punto de
discordia y retroceso para combatir el virus.
En el combate de la pandemia COVID-19, el uso de
los medios digitales seguirá siendo un mecanismo
ecaz y valioso para la comunicación con la ciudadanía;
sin embargo, continuará facilitando ambientes de
polarización y mensajes contundentes sin admisión
a contraposición. La construcción de un entorno
comunicacional más sano, abierto al diálogo
constructivo y la colaboración mutua debe estar
en agenda de todos los poderes del Estado, pues
también es fundamental en la construcción de una
gobernabilidad duradera y respetuosa de los derechos
constitucionales.
Sobre esa base, la ciudadanía jugará un papel
fundamental en su rol vigilante, propositivo, en
búsqueda de la transparencia y el respeto común. No
se debe dejar de lado que las guras públicas tienen
una retroalimentación continua con las aspiraciones y
demandas populares acordes con las nuevas formas
de interacción social, razón por la cual su acción y
comunicación se construirá, deconstruirá y reconstruirá,
en gran medida con base en lo que la población pide
(y exige) de sus gobernantes.
Si bien existe una propuesta elaborada en Twitter por
consolidar la imagen del presidente Bukele, también
se observó que paralelamente, en medio del conicto
entre los órganos del Estado y del creciente número
de afectados por la pandemia, se decidió gurar a
la FAES y la PNC como actores protagónicos en el
combate al virus. La construcción de los cuerpos de
seguridad pública como héroes en uniforme estuvo
provista de una narrativa y un discurso orientados a
mostrar, de manera sumamente cuidada, que estaban
al servicio del pueblo. “Nación de héroes” fue uno de
los eslóganes que se difundió en redes sociales para
alimentar el relato colectivo de que existe una nueva
Fuerza Armada; es decir, tratando de demarcarla de
viejas prácticas que contenían rezagos autoritarios y
violentos de ejercer el poder, aunque, en la realidad,
se dieron manifestaciones de este tipo contra la
población, especialmente tras las denuncias que se
interpusieron durante la cuarentena obligatoria.
Esta investigación entra en un campo de estudio
por el momento bastante inexplorado, pero que
tiene la oportunidad de capitalizarse en mucho valor
agregado para las personas que desean analizar el
actuar gubernamental, las redes sociales. Al menos en
el caso salvadoreño, se constituye cada vez más como
un instrumento de comunicación de Estado, no solo
con respecto a lo relacionado con la política pública,
sino, por ejemplo, como un mecanismo atractivo para
incidir en la opinión pública, atacando a la crítica y
posicionando a líderes progubernamentales como
referentes de la opinión popular.
De hecho, vuelve necesario adentrarse mucho más
en el campo de batalla que se está generando entre
personas anes al entorno del presidente Bukele
frente a la oposición política, incluso a través de la
elaboración de tendencias que buscan repelerse
mutuamente y, al mismo tiempo, inuir en el imaginario
colectivo. Se vuelve, además, importante, a modo de
línea de investigación futura, entender cómo Twitter
se ha conformado en un entorno de comunicación
inmediata, pero que inclusive lo trasciende, pues es
retomado y replicado dentro y fuera de su encuadre
de interacción por actores estratégicos como líderes
de opinión, medios de comunicación, periodistas,
analistas, entre otros.
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 14
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De lo contrario los llevan a Centros de a
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Hoy cumplo 44 días sin licencia, extraño el
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comida... En ocasiones dan ganas de tirar la
toalla y salir huyendo pero me motiva el q estoy
haciendo algo por mi país y mi pueblo y aquí
estoy Siéntanse privilegiados q están en casa
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