
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN NÚMERO 12
23Vacíos y ruidos digitales en campaña: coyuntura política vista desde el análisis de datos
y municipales y el trabajo de los diputados de la
Asamblea Legislativa. La tendencia fue similar para la
ltración y replicación informativa; sin embargo, 22.62%
de los contenidos relacionados a la ltración se inclinó
a favor de elementos anes al voto nulo.
De esta forma, los memes se convierten en un hecho
cultural que traslapa las formas tradicionales de la
comunicación a una sociedad red, una comunidad
global interconectada creativa, innovadora, donde
dichos artefactos culturales, en palabras de Gabriel
Jaraba (2018), “expresan lo que nos llama la atención,
lo que nos parece relevante y digno de conocimiento,
especialmente lo que consideramos singular, raro y
digno de ser conocido, y por tanto, responden a la
matriz central de la difusión cultural”.
Pero no todo es color de rosa en esta aldea global. Por lo
general, los contenidos anes a la ltración y replicación
de información son un reejo de la carga emocional
de la vida cotidiana de la gente, desbordada en redes
sociales, cuyos sentimientos de cuestionamiento,
antipatía, enojo y burla alimentan a los memes,
panópticos coyunturales, cuyo juego de miradas
que ven sin ser vistas, los transforman, según Glenda
González (2017), en “intérpretes y analistas para ir más
allá de lo que otros publican en las redes sociales de
forma inmediata para hacerlo viral”.
Estos oráculos de Delfos, tal como señala Orozco (2018),
pueden ser constructivos (positivos) y destructivos
(negativos), de tal forma que los primeros buscan
apropiarse de temas y frases para complementar un
tema de carácter popular, mientras los segundos se
valen de los desaciertos de campañas o gobiernos de
turno para instaurar una percepción negativa y una
gestión deciente.
En consonancia, los memes se convirtieron en el
mecanismo perfecto para fortalecer la credibilidad
negativa de la ciudadanía en torno al quehacer de
la clase política salvadoreña, situación que se vio
reejada en la poca participación del padrón en las
elecciones legislativas y municipales 2018-2021,
así como en la viralización de insumos informativos
y lúdicos relacionados con el voto nulo, tal como
se pudo vislumbrar en las funciones prioritarias que
desempeñaron en las coyunturas analizadas por el OCP.
No solo eso. También apostaron por ser el marco
de referencia perfecto para evidenciar posturas
políticas, a favor o en contra de una determinada
tendencia ideológica. Dentro de los espectros políticos
contemplados por el OCP, el 74.34 % de los contenidos
analizados expresaba claramente una postura contraria
a los preceptos propios de la derecha, un 17.86 % de los
insumos evidenciaba un maniesto apoyo a la izquierda
y un 6.08 % se manifestaba contra ella. Curiosamente,
dentro de la muestra analizada apareció un 1.06 % de
contenidos anes a Nuevas Ideas, expresión avalada
por el exalcalde de San Salvador y hoy presidente de
El Salvador, Nayib Bukele, en vistas de convertirse en
partido político alternativo a ARENA y el FMLN.
Así, la capacidad de innovación y transformación de
contenidos de los memes se convierte en un elemento
sintomático de la sociedad salvadoreña. Se vuelven
un sinónimo del hartazgo ciudadano hacia la política
partidaria, que encuentra sustento en las posturas
políticas contrarias a la derecha, donde los memes eran
utilizados como marcos de referencia discursivos para
atacar el accionar (complicidad o silencio) de la clase
política en temáticas relacionadas con la cancelación
del TPS, voto nulo, campaña política de alcaldes y
diputados 2018-2021 y las acciones de los diputados
en la Asamblea Legislativa.
De igual forma, los memes resignican las concepciones
tradicionales de la esfera pública de Jurgen Häbermas
(citado en Castrelo, 2018), pues internet y redes sociales
ofrecen mayores posibilidades para que la ciudadanía
exprese y cuestione la actividad (o pasividad) del Estado,
de tal forma que puedan generarse los cambios sociales
necesarios desde ámbitos simbólicos propios del
entendimiento y comunicación entre los involucrados,
lo cual, quiérase o no, fomenta un estado de opinión
que favorece un signicativo aunque maniesto ejercicio
anónimo de activismo político (Meso-Ayerdi et al, 2016).
En torno a las perspectivas destructivas, los memes
pueden convertirse en un marco de referencia para
atacar o desprestigiar la imagen, posicionamiento
y reputación de una persona o institución. Así, en